miércoles, 26 de diciembre de 2007

¡Es Navidad!

Películas navideñas hay muchas. Tenemos las ñoñas estilo “Qué bello es vivir” o más recientemente “Polar Express”, por ejemplo. Ambas son cintas que transcurren en Navidad. La primera es el típico caso de película bienintencionada reconvertida en clásico y alabada por la crítica más sesuda. La segunda no fue tan bien vista por muchos (me incluyo) pero es un carrusel visual sin paradas para repostar. Son extremos opuestos dentro del mismo grupo, el de las películas dulzonas e indigestas. ¿Pero quién ha dicho que el cine navideño debe ser infantil, estar anclado a la época en la que se desarrolla y, mucho más importante, seguir los cánones del género, sin salirse de su arquetípica corrección política estival?

Cuando me hablan de cine navideño me vienen a la mente las películas que vi tal época como ésta durante mi niñez. Recuerdo la trilogía de “Regreso al futuro”, “Gremlins I y II”, las comedias de grandes como Bill Murray, Dan Aykroyd o Chevy Chase como “Cazafantasmas”, “Entre pillos anda el juego” o “¡S.O.S!, ya se Navidad”, y más recientemente la trilogía de “El señor de los anillos”. Todas caían antaño, salvo el caso de la última, por las distintas cadenas de televisión por estas fechas. Desgraciadamente se perdió esta costumbre durante una época, hasta que felizmente han sido sobre todo dos nuevos canales, Cuatro y laSexta, los encargados de reponer todo aquello que antes sólo veíamos en La Primera.

Y es que algo tiene ese cine navideño que crea nostalgia, que te hace echar de menos otros años más felices en cuanto a programación navideña, en las que veías a John McClane repartiendo regalos a los terroristas, a Jack Skellington robando la Navidad en el gran clásico “Pesadilla antes de Navidad de Tim Burton” y a Murray siendo visitado por los espectros en la inolvidable “Los fantasmas atacan al jefe”. Muchas han perdido ya el encanto y la calidad con que se disfrutaban en su momento, pero son capaces de despertar en un servidor serios atisbos de añoranza, lagrimilla impertinente incluida. Esta época del año no sería nada sin la programación navideña de toda la vida.

La lista es interminable, y me dejo en el tintero demasiadas joyas que hacen que odies un poco menos la Navidad, hasta que dicho sentimiento de odio te vuelva cuando ves que cierta cadena no cesa en su programación rosa y sangrante ni en fechas tan señaladas. Es entonces cuando las palabras del Profesor Cavan de “El día de la bestia” me asaltan y toman fuerza: “Esto es un aviso para los 10 millones de gilipollas que están viendo este puto programa. El fin del mundo es esta noche, ¿entienden? ¡Esta misma noche! ¡Se jodió la Nochebuena, se jodió la Navidad! ¡Se jodió todo! ¡Todo! Mientras ustedes disfrutan del calor del hogar y cenan felices viendo la tele, afuera, en la calle, está comenzando el reino del Anticristo.”. Porque ese contraste entre aversión y nostalgia sólo puede darse en estas fechas. Si sienten ambas sensaciones no se alarmen, ¡es Navidad!

domingo, 23 de diciembre de 2007

LA CRÍTICA

SOY LEYENDA ***

El último hombre vivo

“Soy leyenda” es uno de los pilares de la ciencia-ficción y el terror psicológico del siglo XX. La historia del último hombre vivo en un mundo infestado de una especie de vampiros supone un relato en el que ciencia y fe, perseverancia y locura luchan frente a frente en medio de un ambiente apocalíptico en esta novela escrita por Richard Matheson. Robert Neville, su protagonista, busca obsesivamente la razón de la epidemia y el por qué de su inmunidad a la vez que intenta asumir su condición de único rastro de normalidad en ese universo de pesadilla.


Hay que decir que de todas las adaptaciones que se han hecho de la obra de Matheson la que ahora nos llega es con diferencia la mejor de todas. Continúa a años luz del producto original, pero supera considerablemente a sus predecesoras. Si bien los cambios son muchos, como ese forzado final que da fuerza al título y que sustituye al quizás poco cinematográfico desenlace del relato original, lo que importa es que el guión, obra del solvente Akiva Goldsman, que recoge parte del espíritu de la novela. Así, el debate de su protagonista entre creer o ver (u oír frente a escuchar, si prefieren) mezclado con la paranoia y los instantes de locura y soledad a la que se ve sometida están perfectamente plasmados.


Lo que resulta de esta cinta dirigida por Francis Lawrence, que mantiene parte de la estética que ya usara en “Constantine”, es un híbrido entre cine espectáculo, cine de ciencia-ficción con pinceladas de terror y algo de drama insertado de manera congruente. Y en contra de lo que pueda parecer a priori, la mezcla funciona. Los momentos de angustia de su personaje y su giro a la demencia encajan perfectamente con los flashbacks dramáticos y las secuencias de tensión, todo ello con un digno sentido del espectáculo para no aburrir al personal.


El último hombre vivo es Will Smith (olviden al Charlton Heston de la prescindible versión de los 70), la leyenda concienciada de su rol de único superviviente y de normal en un mundo anormal, aunque ambos apelativos son intercambiables. Durante más de la primera hora de película se encuentra solo en la pantalla, con la única ayuda interpretativa de un perro y un montón de maniquíes cual Tom Hanks en “Náufrago”. Demostrando una vez más que es un actor capaz de cualquier registro y de un indudable tirón, Smith es uno de los ejes fundamentales que da consistencia a la historia, junto al buen desarrollo de la trama.


Todo ello consigue lo imposible, mantener el interés del público con poco diálogo, con un sólo actor en pantalla y ese tramo inicial perteneciente a la atmósfera que Matheson imaginara. Juegan en su contra la sensación de que podría haber llegado a más y acabar siendo una brillante película, el exceso de efectos digitales para retratar a los infectados, unos personajes que un servidor prefiere ver maquillados al más puro estilo zombie, y un pasado del protagonista bastante predecible. Pero se engrandece a sí misma siendo un film muy entretenido en todo momento, con momentos magníficos como la vista aérea de una ciudad devastada o la dura secuencia de la muerte de Sam.


Lo mejor: Will Smith, capaz de mantener el interés aunque sea prácticamente el único actor en la película
Lo peor: el previsible destino de la familia del protagonista

Título original: "I am legend"; Año: 2007; Nacionalidad: EEUU; Género: Ciencia-ficción, Drama; Duración: 101 minutos; Dirección: Francis Lawrence; Guión: Mark Protosevich y Akiva Goldsman, basándose en la novela homónima de Richard Matheson; Intérpretes: Will Smith, Alice Braga

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Goya 2008: anécdotas, sorpresas y olvidos

El pasado 16 de Diciembre se hicieron públicas las nominaciones a los Goya de 2008, que premian a las películas de 2007. El orfanato y Las trece rosas parten como favoritas con 14 nominaciones cada una. A falta de haber visto todas las nominadas no me aventuro aún a hacer una quiniela digna, pero sí un repaso por los descuidos, olvidos y anécdotas en las nominaciones. Por ahora he encontrado las siguientes:

- Extraña que Mataharis no esté entre las nominadas a Mejor Película, aunque sí en otras categorías importantes como actrices de reparto y directora para Icíar Bollaín. En su lugar se ha colado una de las películas más laureadas aunque menos conocidas del pasado año, La soledad, que tan sólo suma tres nominaciones.

- Tristán Ulloa hace doblete en las nominaciones: una a Mejor Actor por Mataharis, y otra más a Guión Original por Pudor, que dirige su hermano David.

- La academia ha olvidado completamente a Manuel Alexandre como actor por ¿Y tú quién eres?

- Alfredo Landa es el Goya de Honor este año pero a su vez se encuentra como Actor por Luz de domingo. Porque él lo merece.

- Manuela Vellés, la gran revelación de Julio Medem en Caótica Ana, no ha sido nominada por su trabajo. Para colmo la película no opta a ninguna estatuilla.

- La categoría de Actor de reparto cuenta con cinco nominaciones en lugar de las cuatro habituales. Entre ellas la de un paisano, el canario José Manuel Cervino por Las trece rosas.

- Una de las películas más vapuleadas del año, La carta esférica, sí se encuentra entre las candidatas a Mejor Guión Adaptado.

- Tan sólo una de Las trece rosas de Emilio Martínez Lázaro, Nadia de Santiago, figura como Actriz Revelación en una película de actrices.

- [REC] opta a los tres premios más obvios a los que podía aspirar: Actriz revelación para Manuela Velasco, efectos especiales y montaje. Sin embargo, se echa de menos su presencia en alguna categoría técnica más como fotografía o sonido y el reconocimiento de sus directores, que ya es hora.

- Luz de domingo opta a numerosos premios, pero la academia vuelve a dar la espalda a Garci. Esperemos que no se mosquee como los Almodóvar.

- Como era de esperar la academia ha olvidado a la canaria La caja. Sin comentarios.

Éstas son las curiosidades más llamativas en cuanto a nominaciones. Ya me arriesgaré a publicar mi quiniela. La respuesta, el próximo mes de Enero.

domingo, 16 de diciembre de 2007

LA CRÍTICA

American Gangster ***1/2

Estreno el 28 de Diciembre

Frank Lucas supo aprovechar una grieta en una organización mafiosa para pasar de ser el chófer y protector del jefe a uno de los principales narcotraficantes de Estados Unidos. En una época en la que la droga era rebajada y revendida a precios desorbitados tras su considerablemente barata venta, Lucas hizo de Vietnam un negocio importando la “magia azul”, heroína pura que usaban los soldados durante la guerra. Su dinero y el del resto de clanes familiares compraban a los policías su silencio y les ofrecían suculentos favores. Entre tanto poli corrupto estaba Richie Roberts, detective venido a menos y detestado por sus compañeros a causa de su honestidad con aspiraciones a ser abogado y atrapar a todos esos compañeros con conexión con la mafia.

Lucas y Roberts representaban las dos caras de la misma moneda, la confrontación de dos hombres que comenzaron desde cero con proyectos y filosofías que no se estilaban, que los alejaban de sus compañeros pero que lograron salir a flote en sus respectivas campañas. El primero vendió droga pura al cien por cien y se hizo con el control de media ciudad y el segundo llevó su honradez hasta la desarticulación de toda una red criminal.

“American Gangster” nos muestra las dos caras de esa moneda de manera alternativa, sin enfrentarlas directamente pero cruzándolas en más de un punto. El encargado de hacerlo es un inspirado Ridley Scott, director que cada cierto tiempo realiza alguna que otra joya (“”Alien, el octavo pasajero”, “Blade Runner”, “Gladiator”) a costa de hacer películas menores en medio (“La teniente O’Neill”, “El reino de los cielos”). Es, al igual que su hermano Tony, un director apegado a la violencia y el exceso cinematográfico, pero un artesano capaz de dirigir bien una película cuando se lo propone.

Su última película forma parte de las que podemos llamar como bien dirigidas. “American Gangster” es vibrante, entretenida, está bien orquestada y puede recordar a “Scarface” o “French Connection” en su trato del ascenso al poder, el narcotráfico y la lucha de dos fuerzas opuestas pero complementarias. Juega bien sus cartas de alternar la acción de sus dos protagonistas y sólo decae un poco cuando ambos unen fuerzas de una manera un tanto forzada quizás en sus minutos finales, aunque fuera así como realmente ocurriera.

Buena parte del loable resultado final de “American Gangster” se debe a sus dos actores. Denzel Washington y Russel Crowe bordan los papeles de criminal y policía en un careo que al igual que en el “Heat” de Michael Mann nunca llega a producirse del todo, ni siquiera cuando están sentados el uno al frente del otro. Pero por mucho que huela a Oscar en cada fotograma, por muy bien que Scott y sus chicos hayan hecho su trabajo estamos ante una película grande en intenciones, medios y logros, pero no ante una gran película, que es distinto. Será vista como una muy buena cinta, pero no llega probablemente a la categoría de película para la posteridad. Aunque nunca se sabe, habrá que ver cómo la trata el tiempo.

Lo mejor: Washington y Crowe, inmensos
Lo peor: no llega a ser una película inolvidable

Título original: "American Gangster"; Año: 2007; Nacionalidad: EEUU; Género: Drama; Duración: 157 minutos; Dirección: Ridley Scott; Guión: Steven Zaillian; Intérpretes: Denzel Washington, Russell Crowe, Josh Brolin, Cuba Gooding, Jr., RZA, Ted Levine, Carla Gugino

lunes, 10 de diciembre de 2007

Park Chan-wook: Trilogía de una venganza

Hablar de una nueva generación de directores coreanos es como tratar de determinar cuál es la última película de Woody Allen. Es una industria en tan continuo desarrollo que ya existen sucesores de la generación a la que pertenece el realizador que da nombre a este mini-reportaje, los hijos de la era digital. Park Chan-wook pertenece a una oleada de directores que comenzó a hacer aparición hace aproximadamente cinco años y en la que destacan nombres como los de Kim Ki-duk (Hierro 3, Time, La isla) o Bong Joon-ho (The Host, Memories of Murder), entre otros. Pero a diferencia del primero y en comparación con el segundo, Park Chan-wook pertenece a una generación cinéfila/cinéfaga que engulló los más diversos géneros, desde el cine de arte y ensayo europeo hasta el terror de serie B, en la década de los 80, justo cuando Corea del Sur empezaba su apertura y se libraba del viejo régimen autoritario.

Esto no quiere decir que Chan-wook sea equiparable a Joon-ho, pues por suerte los directores pertenecientes a la rama cinéfila han conseguido labrarse un estilo formal propio, una manera de narrar muy particular. Y es eso lo que impregna el trabajo de este cineasta, historias más o menos complicadas pero muy bien contadas, con un sentido del ritmo y la planificación encomiables.

Este mismo año llegó a España su penúltima película, con cierto retraso, Lady for Lady Vengeance, una fábula sobre la venganza y lo difícil que es perdonar nuestros propios pecados y los ajenos. Pero antes de inmiscuirnos en esta joya debemos remontarnos al año 2002, cuando el mismo director nos presentaba la primera entrega de esta “Trilogía de la venganza”. Se trataba de Sympathy for Mr. Vengeance, cuya vendetta no llegará hasta bien avanzado el metraje y que nos presenta a un joven que decide secuestrar a la hija del jefe de su novia para poder pagar el trasplante de riñón de su hermana. Todo va bien hasta que el secuestro se complica y comience su búsqueda por parte del padre de la pequeña. Es de las tres películas la más lenta, la que menos ritmo ofrece en su primera hora pero que luego, una vez la trama se ha complicado lo suficiente como para obligarte a repasar lo visto, asesta una serie de golpes de efecto que enganchan sin remedio al espectador.

Mucho más entretenida y más laureada fue su segunda película, Old Boy, la más conocida de su filmografía. Ovacionada en diversos festivales, Old Boy pecaba al igual que su predecesora de cierta complejidad redundante en la historia, pero es todo un prodigio del montaje y la puesta en escena. Es una historia simple pero muy bien contada, poseedora de varias secuencias (atentos a la disección de la matanza en el pasillo) que perduran en la retina. Un hombre es inexplicablemente secuestrado y encerrado durante años en una celda. Tan extrañamente liberado como fue capturado, el protagonista intentará buscar fuera de su prisión personal a los responsables no sólo de su encarcelamiento, sino de la desaparición de su hija y la muerte de su esposa mientras estaba preso. Chan-wook recurre al humor, la acción, el melodrama de telenovela e incluso ciertas reminiscencias del anime en las secuencias de pelea en un cóctel que por raro resulta efectivo y que la aleja del cine negro que explotaba en Sympathy for Mr. Vengeance.

Y llegamos a Sympathy for Lady Vengeance, en mi opinión la segunda mejor de la trilogía, por detrás de Old Boy. Se trata de un relato que combina el frenético montaje de ésta en su primer tramo para contar cómo una chica es encarcelada por secuestrar y asesinar a un niño, y la sobriedad de Sympathy for Mr. Vengeance en su segundo tramo. Sin embargo, esa lentitud que aburría en aquélla hace que contra todo pronóstico el segundo tramo, el de la venganza, se eleve sobre el primero. Es con ese tono de cine negro en clave de humor con el que Chan-wook nos propone un inteligente ejercicio de perdón o venganza, encarnado por esos padres que deben enfrentarse al asesino de sus hijos cara a cara. Le sobra posiblemente un final demasiado extendido y esa complejidad en la historia que ya resultaba molesta en las dos películas anteriores.

Chan-wook y sus camaradas han redefinido el cine de género, fruto de haber visto en un corto período de tiempo tanto cine de diversa índole. La conjugación imposible de géneros está haciendo que el nuevo cine sur-coreano arrase en taquilla y en festivales, ya sea en forma de cine intimista o en formato mainstream al más puro hollywoodiense. Chan-wook es autor también de uno de los tres episodios de Three... extremes, quizás un poco flojo, que completan dos grandes, Takashi Miike y Fruti Chan. Por si esto fuera poco, está pendiente de estreno en España su última obra conocida, I’m a cyborg but that’s O.K., a la cual le han llovido elogios y menciones. Les animo a descubrir por qué la cinematografía oriental en general despierta tantas pasiones últimamente. Y una última recomendación. No se pierdan ese híbrido de cine político, ciencia-ficción, cine familia y película con monstruo que es The Host, o la espléndida y original visión coreana del cine de monstruos de toda la vida.

martes, 4 de diciembre de 2007

1-18-08: Sigue las pistas del nuevo proyecto de J.J. Abrams

Que J.J. Abrams es un tipo inteligente es de sobra conocido. Por su hiperactiva mente creadora han pasado las imprescindibles “Alias” y “Perdidos”, la tercera entrega de Misión Imposible y hasta la última secuela/precuela de “Star Trek”, aún en producción. Su última vuelta de tuerca ha sido auspiciar el llamado marketing viral.

Antes de la proyección de Transformers en EEUU pudo verse un teaser que anunciaba 1-18-08 y una web que pudieron ver millones de personas, http://www.1-18-08.com/, la cual contiene una serie de fotografías que con algo de paciencia y destreza con el ratón contienen mensajes que no aportan demasiada información en su reverso. Las fotos han ido apareciendo progresivamente, y en la última de ellas el tono es radicalmente distinto a la primera, pasando en tan sólo 35 minutos de una fiesta a imágenes un tanto apocalípticas. El trailer pudo ser visto posteriormente en portales como Youtube, pero fue retirado por la productora Paramount, lo que hizo crecer toda una serie de teorías acerca del proyecto. Entre ellas que produce Abrams, dirige Matt Reeves, el reputado guionista de “Perdidos” y “Alias” Drew Godard escribe el guión, que está rodada con cámara digital y que hace referencia al ataque de un monstruo robótico que recuerda a Godzilla y al que se conoce como “parásito”.

Esta parca información se vio aclarada parcialmente con la aparición de dos webs. La primera, http://ethanhaaswaswrong.blogspot.com/, critica las enseñanzas de un profeta llamado Ethan Haas, quien habla de una guerra entre dioses que tendrá lugar en la Tierra. Un blog bastante críptico en el que sólo es legible la dirección http://www.ethanhaaswasright.com/, que propone cinco puzzles que nos llevarán a distintos vídeos en los cuales un tipo llamado Van explica que debes divulgar la palabra de Haas antes de que sea demasiado tarde para la humanidad, y tras el quinto puzzle te piden nombre y correo electrónico a través del cual conseguir información adicional sobre la película.

Abrams y los suyos han usado la misma campaña viral que “El proyecto de la bruja de Blair”, y como en aquella ocasión les está funcionando. Quedan dudas acerca del título oficial, aunque a juzgar por el nuevo trailer el definitivo es “Cloverfield”, si se trata de una película real o de una campaña promocional de la nueva temporada de “Perdidos”, e incluso que se basa en la obra de H.P.Lovecraft. Les invito a seguir el misterio que está infectando Internet, descubrir las pistas, y unirse a esta fiebre colectiva de la que desgraciadamente en España apenas nos hemos enterado. Y de paso les dejo algún que otro teaser para que juzguen ustedes mismos.


viernes, 30 de noviembre de 2007

"The Key To Reserva": Scorsese dirige el último spot de Freixenet

Spielberg fue Kubrick durante dos horas en “A.I. (Inteligencia Artificial)”. Scorsese ha sido Hitchcock durante diez minutos en el nuevo spot de Freixenet. No es ninguna broma. Scorsese ha realizado el último anuncio navideño de la famosa marca y lo ha hecho como sólo los maestros son capaces de hacer. ¿La idea? Partir de un incompleto guión de Hitchcock y rodar la escena como lo habría hecho el gran maestro del suspense hace 50 años. ¿El resultado? El mejor anuncio de Freixenet de los últimos años, que ya estaban perdiendo el Norte. Les dejo el spot completo, para que comprueben cómo podría ser perfectamente una secuencia de una película de Hitchcock, con banda sonora de “Con la muerte en los talones” incluida.

domingo, 25 de noviembre de 2007

LA CRÍTICA

[REC] ****

Un estrecho pasillo sumido en la oscuridad, una inmóvil silueta al fondo y muchas habitaciones a los lados. Los actores avanzan hacia la silueta hasta que ésta queda iluminada por la antorcha de la cámara. Esta manera de acercamiento al horror se repite varias veces en “[REC]”, y en contra de resultar repetitiva ilustra perfectamente el secreto de esta película. Todo lo que vemos en ocurre a través del reducido encuadre de una cámara de televisión que nunca deja de grabar. Ahí radica la dinámica del miedo de “[REC]”, en reducir nuestro campo de visión y hacernos partícipes de la acción, en protagonistas de una pesadilla claustrofóbica en la que cada puerta del pasillo por el que nosotros también avanzamos puede esconder cualquier cosa.

En un año en el que las propuestas en el género zombie han dado la campanada en cuanto a originalidad y virulencia (entiéndase esto como el salvajismo más absoluto), desde Fresnadillo, quien también experimentó reduciendo el encuadre en la secuencia de visión nocturna de "28 semanas después", hasta Robert Rodríguez Rodríguez y la febril "Planet Terror". Parecía que ya nadie podría ofrecernos nada a la altura de lo ya visto. Y han sido dos de nuestras grandes figuras del terror y el fantástico más cercano a lo académico, Jaume Balagueró y Paco Plaza, las responsables de dar una nueva vuelta de tuerca al terror biológico con esta pesadilla no exenta de suave ironía hacia los medios de información.

“[REC]” es terror sin coartadas contado en primera persona, el mismo que sentimos al avanzar temerosamente por ese maldito pasillo oscuro, el desvío de dos prodigios de nuestro cine que abandonan por suerte sus arquetípicas historias de orfanatos y niños fantasmagóricos para darnos una descarnada lucha por sobrevivir en un escenario hermético, cuyo final es de esperar y el cual aceptamos ya resignados.

Por su metraje tan reducido como su envidiable puesta en escena pululan ecos a la ya inolvidable “El proyecto de la bruja de Blair”, icono de finales del siglo XX cuya claustrofóbica escena final sirve para entender lo que nos encontraremos en la obra de Balagueró/Plaza, que ya experimentaron algo parecido en cuanto a realización en “OT: La película”.

Tras esta película de personas encerradas en una jaula sus creadores puede que vuelvan a ofrecernos lo mismo de siempre. Una auténtica pena viendo el resultado final, ese carrusel que da tensión a raudales, alguna que otra escena previsible pero siempre anclada a su propia originalidad y su propio formato. Los veraces actores, el montaje que se permite osadías como los cortes o rebobinar alguna escena, una amenazante criatura final que reduce nuestro campo de visión aún más y sobre todo esa omnipresente cámara en mano han dado a esta película una ovación y varios premios en Sitges, entre ellos el de mejores directores y actriz para la televisiva Manuela Velasco (su elección no es casualidad).

Por fin Balagueró y Plaza demuestran de lo que son capaces, de hacernos pasar muchísimo miedo y sufrimiento de verdad. No se confíen ni un segundo durante el metraje, ni siquiera en los momentos de entrevistas. Cualquier cosa puede salir de las múltiples puertas a lo largo del oscuro pasillo.

Título original: "[REC]"; Género: Terror; Nacionalidad: España; Año: 2007; Duración: 75 minutos; Dirección y guión: Jaume Balagueró y Paco Plaza; Producción: Julio Fernández; Intérpretes: Manuela Velasco, Ferrán Terraza, Jorge Yamam Serrano, Carlos Lasarte

miércoles, 21 de noviembre de 2007

En paz descanse... Fernando Fernán-Gómez

Fue, es y será por siempre uno de los mejores directores, actores, guionistas y productores de la historia del cine español. Fernando Fernán-Gómez nos ha dejado a los 86 años de edad y lo hace con un testamento cinematográfico que incluye más de un centenar de películas, libros y obras teatrales a sus espaldas. Gran literato y miembro de la Real Academia de la Lengua Española, Fernán-Gómez cosechó en más de 60 años de profesión una de las trayectorias más distinguidas de la historia de nuestro cine.

“La vida alrededor”, “Ninette y un señor de Murcia”, “Ana y los lobos”, “Réquiem por un campesino español”, “El viaje a ninguna parte”, “Moros y cristianos”, “Belle Époque”, “El abuelo”, “La lengua de las mariposas” o “Todo sobre mi madre” son sólo un muestrario de su extensa filmografía, recompensada con múltiples premios que le convirtieron por ejemplo en el artista que más veces ha recibido un Goya y merecedor de un Oso de Honor en el Festival de Berlín 2005.

“Esto del cine es una mierda. Nada que ver con el teatro” decía su personaje de “El viaje a ninguna parte”. Lo decía con ese tono que tanto le caracterizaba. Todo un genio que perdurará en la memoria a través de su rotundo trabajo. Porque los grandes sobreviven para siempre.

martes, 13 de noviembre de 2007

Para Leer

¡Malditas películas!, de Miguel Ángel Prieto

Un recorrido por el celuloide oculto

¿Murieron todos los actores de “Poltergeist”? ¿Existe realmente el guión maldito? ¿Se pasean verdaderamente los fantasmas de estrellas como Rodolfo Valentino por diversos parajes de Hollywood? ¿Fueron necesarios como especula la leyenda equipos médicos durante las proyecciones del exorcista? ¿Fueron Bruce Lee, Jayne Mansfield, James Dean y el coche de este último víctimas de una maldición? Todas estas preguntas y otras muchas forman parte de la historia negra de la gran industria del cine.

Miguel Ángel Prieto hace un recorrido por más de cien años de celuloide oculto en “¡Malditas películas!”, por la superchería que rodea a la meca del cine, sus tragedias, sus supuestas maldiciones y rumores. Ilustrada su portada con una de las imágenes más representativas del terror cinematográfico, la de la llegada del padre Merrin a la casa en “El exorcista”, el libro comienza con el análisis de seis películas verdaderamente malditas, que parecía que nunca verían la luz, como si algo lo impidiese. El autor, periodista especializado en cine y música rock, analiza la relación entre la escasamente conocida “Incubus” y su relación con el esperanto; de la reivindicada “Performance” y los problemas que su atmósfera orgiástica (en el sentido literario del término, con Mick Jagger teniendo sexo con las actrices ante la cámara y con las drogas volando por el plató y la misma película) trajeron en su época para su distribución; el caótico rodaje y polémico estreno de “El exorcista” y las muchas muertes e incidentes asociadas a ella; la maldición que parecía acechar a “La semilla del diablo” y “La profecía”, y sobre todo las consecuencias que dicen tuvo para Polanski realizar la primera, asociado todo con Charles Manson; y por último la supuesta maldición que rodea aparentemente a la trilogía de “Poltergeist”, de la que fueron víctimas entre otras la pequeña protagonista, Heather O’Rourke, fallecida tristemente tras realizar la tercera entrega.

En su segunda parte, “¡Malditas películas!” nos lleva de la mano en un viaje por los sucesos más horrendos y que más conmovieron a la opinión pública en el siglo XX, extrañamente relacionados con la magia negra, el satanismo y demás creencias, y cuyos rastros se han dejado notar con rumores de fantasmas y apariciones de los implicados. Así, Prieto cuenta con bastante detalle y una genial selección fotográfica los acontecimientos que llevaron a James Dean (en la foto, junto a su “Pequeño bastardo”) a su prematura muerte y la relación de ésta con la televisiva Vampira; la relación fatal de Jayne Mansfield con el padre de la Iglesia de Satán, Antón LaVey, auténtico showman más que sacerdote de lo desconocido; la supuesta maldición de los Lee, plasmada con la muerte de Bruce Lee y veinte años más tarde de su hijo Brandon mientras rodaba “El cuervo”; la tumultuosa vida de Rodolfo Valentino (en la foto inicial de este párrafo) y el revuelo que causó a principios de siglo su muerte, con fans desvividas por lo sucedido y supuestas apariciones espectrales posteriores del artista; las desastrosas vidas de los niños protagonistas de “La pandilla/The Little Rascals” (¿recuerdan a Alfalfa y su flequillo?) tras abandonar la serie; y para terminar la maldición que parece haber caído sobre todos los actores que han encarnado a Superman (por ahora el último, Brandon Routh, se ha salvado), y también a algunos de los actores de las películas.

Finaliza este revival por el lado oscuro de Hollywood con una selección de apariciones fantasmales de actores y con los incidentes más representativos y extraños ocurridos durante los rodajes de películas como “La serpiente y el arco iris” o “Tres hombres y un bebé” (en la foto, el supuesto fantasma que aparece tras la ventana). El libro desmiente muchos de los rumores, arroja cierto atisbo de luz sobre lo que fue la verdad oficial y nos da un panorama de una industria alternativa, oculta, en la que las leyendas forjan historias a veces más interesantes que las que sus películas nos dan actualmente.

Año: 2007; Editorial: T&B Editores; P.V.P.: 17€

viernes, 9 de noviembre de 2007

LA CRÍTICA

Leones por corderos **

Preferiblemente cordero

La ceremonia de entrega de los Oscar de hace unos años se vio alterada por un agitador de masas nato, un documentalista mordaz aunque un tanto dado a la publicidad barata y ciertamente maniqueísta llamado Michael Moore. En aquel momento el señor Moore osó criticar abiertamente una administración, la del presidente Bush, que no funcionaba entonces ni sigue funcionando ahora, en una batalla mediática que ha venido perpetuándose en “Fahrenheit 9/11” y la reciente “Sicko”. Y fue en aquel momento cuando la hipocresía de la industria, materializada en un puñado de famosos que no se levantó de sus butacas a vitorear al orondo realizador, quedó patente. Pues prepárense, porque en los próximos meses el mismo Hollywood que no cuestionaba a su propia política nos va a fustigar con películas en las que la guerra de Irak y sus consecuencias son el eje de la trama.

De todas ellas posiblemente haya trabajos interesantes, como el de Paul Haggis y Brian de Palma, pero otros tediosos y un tanto panfletarios, como el “Leones por corderos” de Robert Redford. Alejándonos de trabajos como “El río de la vida” o “Quiz Show” queda claro, y sobre todo al ver su último trabajo, que Redford es un americano de pro que aboga por la libertad intelectual y moral, como también ha quedado claro en trabajos como actor en películas como “Todos los hombres del presidente”.

Director político cuando quiere, lo más ingenioso de “Leones por corderos” es la encarnación del personaje de Tom Cruise, que no su interpretación, todo un compendio de los grandes mandatarios de los Estados Unidos. Ahí acaba la grandeza de este discurso intelectualoide sólo para los realmente interesados en política. Lo demás no es más que tres historias a cual menos interesante acerca del cambio de ideales, una dirección nada arriesgada y sí muy académica del que debería ser un genio de la realización a estas alturas, y en definitiva una larga sesión de hora y media de interminables diálogos en una estructura y un desarrollo que en ningún instante consiguen atraer al espectador, con una discutible adhesión y cohesión entre las tres tramas paralelas.

Pero lo que sí desprende “Leones por corderos” es una acuciante fecha de caducidad. Estamos ante una película que debe ser vista en nuestra era, que con el paso de los años quedará desfasada, y que incluso a un no americano puede que no llegue a interesar realmente. En otras palabras, posiblemente sea relevante aún menos en Europa que en su propia casa. Es la suma en resumen de fecha de caducidad, de escasa proyección internacional y la falta de interés absoluto que despierta.

De alguien como Redford era de esperar un trabajo tan correcto que aburre, tan político y cargante que no es capaz siquiera de insuflar credibilidad a un Tom Cruise que no encaja en el papel, a una Meryl Streep que está sin más, y a un director-actor que no demuestra nada en ninguno de los dos bandos de la cámara. Y puede que esté pecando de cordero y no de león -la diferenciación entre quiénes son unos y otros es de lo más loable del film- al decir que lo que cuenta no me interesa en absoluto, o más bien me interesa poco por no ser atractivo el cómo lo cuenta. Espero no ser el único cordero entre el público.

Título original: "Lions for Lambs"; Género: Drama; Año: 2007; Nacionalidad: EEUU; Duración: 92 minutos; Dirección: Robert Redford; Intérpretes: Robert Redford, Meryl Streep, Tom Cruise

domingo, 4 de noviembre de 2007

LA CRÍTICA

Halloween: El origen **

“La noche de Halloween” es a la noche de los difuntos lo que en general “El exorcista” es al cine de terror. Podría parecer una afirmación exagerada, pero particularmente cuando hablas de cine de Halloween la película que lanzó a la fama al maestro de la serie B John Carpenter es un claro referente. Hollywood lo sabe y no ha perdido la oportunidad de realizar uno de sus constantes remakes con los que nos inundan en nuestros días. Y como suele ocurrir en la mayoría de las ocasiones, la nueva versión es menos original que la original, valga la redundancia.

El “Halloween” de 2007 no es una excepción, más bien da solidez a la conocida frase “nunca segundas partes fueron buenas”, o en esta ocasión “nunca las nuevas versiones son aconsejables”. Y es que los malditos hermanos Weinstein parecen estar detrás del resultado final de este remake-precuela del gran clásico de los 70, y como ya han hecho con parte del trabajo de Tarantino -seguimos sin personarles la escisión de “Grindhouse” y “Kill Bill”-, son capaces de echar por tierra lo que debía ser un gran trabajo.

El primer error cometido es contratar a Rob Zombie, el músico-director-guionista y un sinfín de registros adicionales que hiciera las delicias de este crítico con las experimentales “La casa de los 1000 cadáveres” y la más que recomendable “Los renegados del diablo”. Poner a un director tan prometedor ante la batuta de los crueles Weinstein es temer por el resultado, y en esta ocasión las manos de Zombie se dejan notar a trozos, pero el conjunto se tambalea.

Zombie pone su sello en la puesta en escena, en la elección de sus ya habituales Sheri Moon Zombie, William Forsythe o Ken Foree, en su respeto por los clásicos del celuloide y sobre todo en una primera mitad con aires de precuela, en lo que es posiblemente lo mejor de la película. Durante ese comienzo vemos la infancia de Michael Myers, su estancia junto al doctor Lumis (recuperado y espléndido Malcolm McDowell), la matanza de su familia y en definitiva cómo el niño se convirtió en monstruo. Aún así, aunque esto ya es un fallo que viene arrastrándose desde algunas de las secuelas del “Halloween” original, no es necesario conocer las razones de tal transformación. Zombie da una nada original versión de los hechos, pues su historia ya se podía ver por ejemplo en “Halloween: Resurrection”, y si nos fijamos bien poco concuerda con el comienzo de la cinta de Carpenter.

El resto no es más que el remake de la película que cumple en 2008 tres décadas, con escasas variaciones en el desarrollo de los acontecimientos, salvo por el momento de sinceridad fotográfico entre Michael y Laurie, cuya relación familiar no es explicada en esta película pero que los ya conocedores de la saga sabemos de sobra. Incluso Zombie se permite cometer la desfachatez de copiar algún momento del original, como el asesino oculto bajo la sábana.

Profundamente decepcionante sobre todo para los que confiábamos en su realizador, “Halloween: El origen” no es más que otra vuelta de tuerca sin sentido de la gran meca del cine a los clásicos, a los que vilipendia sin importar la originalidad ni la fidelidad. Carente de tensión y con una constante sensación de déjà vu -atentos a los créditos iniciales-, se echa de menos también a la virginal Jamie Lee Curtis. La reina del grito deja paso a una actriz que carece de su candidez y presencia, que no es capaz siquiera de soltar un grito digno de ser recordado. Las comparaciones son odiosas, y este fallido conato de análisis de la conducta humana carente de alma no aguantaría un combate contra el “Hombre del saco” de Carpenter. Aquél no precisaba psicoanálisis ni mucho menos la corpulencia de Tyler Mane para justificar sus actos. Lo suyo era pura maldad desmedida.

Estreno previsto para Enero de 2008

Lo mejor: los escasos toques de Zombie
Lo peor: no oír los gritos de Jamie Lee Curtis

viernes, 26 de octubre de 2007

LA CRÍTICA

Familia colateral ***1/2

Debo reconocer que no siempre estoy inspirado en las críticas, que hay películas con las que los escritos me salen automáticamente y otras con las que no sé por donde comenzar a analizar. No es que las primeras sean mejores que las segundas, ni viceversa, es una simple cuestión de desarme de argumentos a la hora de alabar o deleznar un film.

Me ocurrió con “Muerde el ladrillo”, y ha vuelto a pasarme con “Familia colateral”. Desestructuraciones familares y familias alternativas hay muchas, y si no que se lo pregunten a los Corleone o los Addams, pero pocas veces con tanto humor negro y mala baba como en el segundo mediometraje (más corto que el anterior pero igualmente medio) de Manuel Ortega Lasaga. Por su media hora siguen pululando los más variopintos personajes, las más hilarantes situaciones, pero en esta ocasión con un mayor nivel de realización y planificación, sin por ello perder ese toque de cine experimental e improvisado que destilaba su debut.

Familia colateral nos habla no sólo de cómo un chaval acaba descubriendo el amor incondicional y casi de reality show macabro (ese abrazo entre el protagonista y Nico con banda sonora in crescendo es impagable) en otra pecualiar familia más normal que la suya propia, sino también de múltiples tramas colaterales, mezcladas con la principal. Así, vemos desvíos del argumento principal como el imborrable cameo de un Carlos Iglesias que anima al público a comprar entradas de “Un franco, 14 pesetas” en la misma entrada de un cine.

Lo primero que debe hacerse para disfrutar de “Familia colateral” es olvidarse de “Muerde el ladrillo”, no establecer comparaciones. Cierto es que le falta ese no sé qué que convertía al ladrillo en el remedio esencial de las crisis humanas, que no cuenta con Carlos Miyagi Ortega como gurú espiritual, pero la propuesta no deja de ser original y divertida. En lo que sí gana es en realización y sobre todo en ese sentido del humor tan negro que a veces hace sangre, el mismo sentido del humor que destila su sorprendente desenlace y algún que otro comentario acerca del trabajo del crítico cinematográfico con el que no dejo de estar de acuerdo.

Estamos ante el segundo desfile de infraurbanistas en mediometraje de la carrera de Lasaga -atención a la gran Loli García y al ya imprescindible Cristian Ortega-, ante la confirmación de que debe seguir adelante, ante una película tan bien construida como contada, con tantas ramas colaterales que incluso se ocultan en lo más oscuro de cada plano -¿qué lleva en las manos Loli García cuando vuelve a su casa?-. Y para terminar una mención especial a Jesusito, sin el cual no habría historia y al que esperamos ver aunque sea fugazmente en posteriores trabajos. Esta crítica no alcanza a satisfacer en palabras las sensaciones que el trabajo del director comienza a dejar en mí. Me pregunto por qué será.

A favor: un nivel de puesta en escena mayor y su macabro sentido del humor
En contra:
verla pensando en "Muerde el ladrillo"

Título original: "Familia colateral"; Año: 2007; Nacionalidad: España; Duración: 30 minutos; Dirección, producción, guión, montaje, ...: Manuel Ortega Lasaga; Intérpretes: Cristian Ortega, Loli García, Nico Gutiérrez, Carlos Iglesias, Jesusito

lunes, 15 de octubre de 2007

LA CRÍTICA

El orfanato ***1/2

Alejandro Amenábar ya nos avisaba en su aventajada ópera prima “Tesis” que el cine es una gran industria de hacer dinero, una industria que debe dar al público lo que quiere y que el cine español alcanzará el éxito que tanto busca sólo cuando comience a pensar en términos de industria. Si analizamos el cine americano reciente no vemos más que nuevas vueltas de tuerca a viejas películas, al trabajo de otros en forma de referentes calcados y explotados hasta la saciedad en las secuelas.

Dicho esto podría pensarse que el perfecto mainstream nacional será aquel que venda su alma al diablo en pos del dinero. Nada más lejos de la realidad. Amenábar hasta ahora ha saboreado con cada nuevo trabajo las mieles del éxito y ha sido a base de aplicarse a sí mismo la doctrina de su debut pero sin perder ni un ápice de identidad propia.

Viendo “El orfanato” veríamos a J.A. Bayona como un discípulo no sólo de Amenábar, sino del Spielberg que hace tres décadas creara el concepto de blockbuster con “Tiburón”. Su película es un continuo vaivén de referencias -lo mismo que hacen al otro lado del charco para construir sus taquillazos, sobre todo en materia de terror- que van de clásicos como “Al final de la escalera” hasta recientes joyas del terror patrio como ese caserón desvencijado estilo “Los otros” o esa historia “románticas” historias de fantasmas del Balagueró de “Frágiles”. No hay más que ver la secuencia de la grabación en Súper 8 para vislumbrar lo determinante que el realizador de “Los sin nombre” y “Darkness” ha sido en el resultado final.

Es la resistencia a no perder su identidad lo que hace de esta película una obra autónoma del que por ahora es uno de los pocos artesanos -lo de autor deberá ganárselo a pulso más adelante- de nuestro cine, con permiso del mismo Amenábar. Da al público exactamente lo que quiere, domina el arte cinematográfico, tanto en la forma como en el contenido, y muestra un profundo respeto tanto por lo que cuenta como por todos esos filmes a los que debe la vida. No copia, más bien hace propio lo ajeno, lo moldea con clase y buen gusto para que parezca distinto, aunque a veces los evidentes parecidos le pasen factura.

La historia y el avance de la misma no es que sean originales, pero Bayona es capaz de mezclar sin sobrecargar una serie de valores artísticos y de relatos clásicos que la hacen atractiva a todos los niveles. Incluso se arriesga con rarezas como la secuencia del atropello seguida por una mandíbula desencajada y con una secuencia paranormal de espiritismo que haría las delicias de los mismísimos Jiménez del Oso e Iker Jiménez y que realmente pone los pelos de punta. Y todo con una clásica y rotundamente sincera Belén Rueda, auténtico peso de este cuento de cuentos de fantasmas, la perfecta Wendy que decidió no vivir en Nunca Jamás para vivir en esa realidad de negación, realidad esta que no permite ver el otro mundo, ese que solo aquellos que tienen un pie entre dos mundos son capaces de contemplar.

A favor: Belén Rueda y los muchos aciertos a nivel cinematográfico
En contra: el excesivamente aclaratorio plano final de la tumba y la sensación de déjà vu

Títuto original: "El orfanato"; Género: Terror; Nacionalidad: España; Año: 2007; Duración: 97 minutos; Dirección: J.A. Bayona; Guión: Sergio G. Sánchez; Intérpretes: Belén Rueda, Fernando Cayo, Geraldine Chaplin, Roger Príncep, Mabel Rivera

viernes, 12 de octubre de 2007

Próximamente...

REC

Imaginen que desean cubrir un reportaje acerca de una noche cualquiera en las vidas de los bomberos, y que tienen la mala suerte de verse en un edificio acordonado por la amenaza de un temible virus que transforma a los infectados en seres sedientos de sangre y carne. Ésta es la premisa de la última aportación al cine fantástico y de terror de uno de los mejores realizadores del género de nuestro país, Jaume Balagueró.

“REC” es una claustrofóbica pesadilla que bebe directamente del cine de zombies de Romero y lo mezcla con el cine documental de “El proyecto de la bruja de Blair”. Ayudado por otro valor del terror español, Paco Plaza, Balagueró abandona por ahora sus historias sobre fantasmas y el amor para darnos una de miedo puro y duro, sin más concesión que la posible crítica a la voracidad de los medios de comunicación.

Visto el argumento podríamos pensar que “REC” no es más que otra de muertos vivientes, o más bien de infectados carnívoros como los de “28 días después” y su rotunda secuela. Pero la novedad de esta vuelta de tuerca al género es que todo lo que el espectador ve en pantalla es lo que el cámara del reportaje recoge, lo que aumentará la tensión conforme avanza la trama.

Ovacionada en el reciente Festival de Sitges, “REC” ha sido equiparada a la última película del maestro Romero, “El diario de los muertos”, también presentada en el festival. Sin embargo, según afirma la crítica especializada, el punto de vista del maestro es más humorístico que el del discípulo, y han llegado a declarar que Balagueró y Plaza superan a Romero. El 23 de Noviembre llega a nuestras salas, y ya puedo asegurarles que el trailer es de los más tensos que he visto en lo que llevamos de año. Si el resto del filme es como se nos muestra en él más nos vale estar preparados para pasarlo realmente mal en la butaca. Y esto no es una amenaza.

Teaser trailer

Trailer definitivo

domingo, 7 de octubre de 2007

LA CRÍTICA

Promesas del Este ****

Metamorfosis

Si hubiera que comparar “Promesas del Este” con cualquier otra película de la filmografía de David Cronenberg es con su más cercana hermana comercial, “Una historia de violencia” . Ambas comparten el retrato de una violencia cotidiana pero nada glorificada ni criticada, la elección de Viggo Mortensen como insuperable protagonista, una visión más dirigida al público que en ocasiones anteriores y sobre todo ese acercamento a lo extraño desde la más absoluta normalidad. Pero ahí acaban las coincidencias. Su protagonista podría ser una extensión del Tom Stall de la anterior, el héroe inesperado que ha acabado por aceptar su violento pasado de miembro de una familia mafiosa. Y digo podría porque su último film rompe cualquier similitud con su predecesora y no es que redefina el concepto de thriller, sino que muta bajo la batuta de su autor.

En ningún sólo segundo de metraje se deja notar repetición ni de situaciones ni de trama, aunque sí de temática. A pesar de ser otro escarceo del realizador canadiense por los senderos de Hollywood, “Promesas del Este” tiene más en común con su filmografía de lo que podemos imaginar. A través de la historia de ese chófer de un capo mafioso ruso asistimos a otra de las transformaciones del universo Cronenberg, la que hará que un simple conductor se perfile como el nuevo jefe de una organización mafiosa, la de un infiltrado que hará todo lo posible por inmiscuirse más en su misión. Una transformación moral similar a la que padecía Mortensen en “Una historia de violencia”, y equivalente a la metamorfosis física y psíquica del Jeff Goldblum de “La mosca”, del James Woods de “Videodrome” o de los dos Jeremy Irons de “Inseparables”. Es decir, una modificación de la psique humana reflejada en un deterioro físico.

Estamos también ante la metamorfosis cinematográfica de un director imprescindible, de la mutación de un creador que sólo ha cambiado su empaque -las sombrias calles londinenses infectan la atmósfera- y que quizás ya no puede ser tan venéreamente sucio como en otras películas, pero que en esencia sigue hablándonos de las mismas insanas obsesiones. Incluso en más de una secuencia se permite dejar ver su descarnada marca de identidad, como la que abre precisamente el film, que une unívocamente nacimiento y muerte, o la de esa memorable pelea en la sauna.

A todos los que critiquen este nuevo giro en su carrera les invito a destripar sus dos últimas películas, a diseccionarlas y descubrir que dentro de tan aparente normalidad se esconde el extraño y desconocido Cronenberg de antaño, aunque algo remodelado por la industria. No estamos, no obstante, ante su mejor película, culpa posiblemente de un avance de los acontecimientos que hace que cada nueva escena sea un continuo clímax que no ve final, que deja una extraña sensación de no terminar de desarrollarse nunca. Pero sobre todo, algunos echamos de menos a ese director de la Nueva Carne, aquel que sin tapujos mostraba el horror venéreo en toda su brutalidad, el que encarnizaba la fusión hombre-tecnología de la manera más nauseabunda posible, el descerebrado que era capaz de crear atmósferas e imágenes horrendas de las que ni los espectadores ni los personajes pueden escapar.

Título original: "Eastern Promises"; Nacionalidad: Reino Unido-Canadá-EEUU; Duración: 99 minutos; Género: Thriller; Dirección: David Cronenberg; Guión: Steve Knight; Intérpretes: Viggo Mortensen, Naomi Watts, Vincent Cassell, Armin Mueller-Sathl

sábado, 29 de septiembre de 2007

La semana de Manuel Lasaga

Familia colateral

Les presento el último trabajo de Manuel Lasaga, la historia de un chaval (el habitual Cristian Ortega) que para ganarse unas perrillas hace las veces de canguro del supuesto bebé de una desquiciada señora (la también habitual Loli García). Mejor no adelantar nada más del argumento y que se sorprendan al igual que yo de la fatídica noche (o no tanto) que experimentará el protagonista. De nuevo en cuatro trozos. Ah, y atentos al gran cameo de la película, de auténtico lujo.

Cacho 1 de 3

Cacho 2 de 3

Cacho 3 de 3

Ganadora en la Sección Bizarra de Caostica V

viernes, 28 de septiembre de 2007

La semana de Manuel Lasaga: LA CRÍTICA

Muerde el ladrillo ****

Bienvenidos al séptimo arte

De las muchas clasificaciones que podrían hacerse en el cine existe una que es clave para diferenciar si nos encontramos ante una película justa o no, que es la que atiende a los delirios de grandeza de una producción dentro de sus posibilidades. En este sentido tenemos dos tipos de cine: aquél que tiene muy altas pretensiones y el que carece de ellas. Muchas superproducciones americanas recientes (y no citaré títulos) caen en un error fundamental: aspirar a mucho y quedarse en nada.

La ópera prima de Manuel Ortega, difícilmente clasificable en cuanto a metraje (no sé si es un largo, un medio o un corto, pero lo mismo da), sí puede fácilmente clasificarse en cuanto a sus aspiraciones artísticas y conceptuales. En ningún segundo de los 36 minutos que dura “Muerde el ladrillo” puede apreciarse esa tendencia actual de las primeras películas de algunos directores a dejar huella, en ningún instante se la puede acusar de aparentar lo que no es, y en ese sentido es una película absolutamente humilde y consecuente con sus posibilidades, y ante todo justa consigo misma.

La idea de “Muerde el ladrillo” está clara desde el principio: su protagonista atraviesa una dura etapa de crisis en la que no importan las razones, simplemente las consecuencias. A la par se desarrolla una ambición por la experimentación que atrae más que crea repulsa. Porque “Muerde el ladrillo” es eso, un experimento estimulante no sólo sobre cómo un ser absolutamente torpe y despreciable puede encauzar su vida de la manera aparentemente más tonta (aunque más de uno debería morder de vez en cuando el ladrillo), pero sobre todo es un experimento cinematográfico, un extraño híbrido entre cine puramente voyeur y película cargada de conceptos, en un ejercicio de descubrimiento personal del séptimo arte.

Rodada en vídeo con supuestos pocos medios, la película se hace respetar de la misma manera que respetamos y nos divertimos con esas películas caseras hechas entre amigos, esas que con los años miramos con añoranza. Su sucesión de personajes pretendidamente freaks (entre ellos Carlos Ortega, auténtico profesor Miyagi lleno de naturalidad, carente de cualquier atisbo de preparación previa y auténtico agujero negro en las escenas en las que aparece) y su montaje audiovisual lleno de planos experimentales no están muy lejos de los trabajillos que en su momento hicieran en vídeo también los ahora reconocidos Steven Spielberg y M. Night Shyamalan, o incluso nuestro Alejandro Amenábar, en sus tiempos de juventud.

Con todo, “Muerde el ladrillo” debería ser distribuida como merece, como la primera cinta de un director que empieza, porque es con este tipo de películas, ésas que suponen un ejercicio de experimentación constante, con las que realmente se entiende de qué va esto del cine.

A favor: no es un debut con delirios de grandeza
En contra: prefieres que no acabe tan rápido

Título original: Muerde el ladrillo; Año: 2005; Nacionalidad: España; Duración: 36 minutos; Dirección y guión: Manuel Ortega Lasaga; Intérpretes: Cristian Ortega, Carlos Ortega, Loli García, Raquel Lanza, David García, Chechu Orellana

miércoles, 26 de septiembre de 2007

La semana de Manuel Lasaga

Muerde el ladrillo

Improvisación, experimento cinematográfico, mediometraje artesanal que nos devuelve un cine hecho entre amigos, de ese que tanto divierte y enseña, y una moraleja final sin precedentes. Lo que da de sí un ladrillo. Y si no que se lo digan al pobre “infraurbanista” de esta película, un despojo humano (dicho con todo el cariño del mundo) que vive una crisis personal. El aleccionador final y una especie de profesor Miyagi con el inmejorable rostro y sabiduría de Carlos Ortega (este hombre chupa cámara en cuanto aparece) convierten a “Muerde el ladrillo”, la primera incursión a medio camino entre el corto y el largo de Manuel Lasaga, en una opera prima fresca, nada pretenciosa y con mucha coña puesta en ella. Se la presento más injustamente mutilada que “Grindhouse”, pero es lo que tiene Youtube y las subidas y demás historias. Que la disfruten.

Cacho 1 de 4

Cacho 2 de 4

Cacho 3 de 4

Cacho 4 de 4

Ganador en la Sección Bizarra del Festival Caostica IV


Web de Manuel Lasaga en telefonica.net
Space Planeta Imaginario
Foro cineydvd.com

lunes, 24 de septiembre de 2007

La semana de Manuel Lasaga

Abandono mis quehaceres cinematográficos habituales (la presentación de la programación del Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria en el Festival de San Sebastián, por ejemplo) para centrarme durante toda esta semana en un solo nombre, Manuel Lasaga. Lasaga es un realizador bien conocido en los mundillos de Internet que ha gestado cortos (o mediometrajes en algunos casos) dignos de ser tenidos en cuenta. Sus personajes son inadaptados sociales, individuos con especiales problemas y traumas que marcan su existencia. Es decir, son unos freaks, pero unos freaks tratados con cariño por su creador.

Dedico la semana del 24 al 30 de Septiembre a este talento emergente y a sus películas, donde impera mucha componente bizarra e improvisación. Antes de comenzar con uno de sus amados “infraurbanistas” (así me ha dado por bautizarles), no podemos hablar de Lasaga sin hablar del Festival Caostica de Cortos, certamen celebrado en el mes de Junio en Bilbao y que ya va por su quinta edición, y del que Lasaga es ya una constante anual.

Situados en el tema comenzamos por una de sus criaturas, Joe. Se trata de una serie de cortos que por ahora va por su tercera entrega y que nos relata las peripecias de Joe, otro inadaptado “infraurbanista” que conoce a su némesis, llamado precisamente Joe. Ambos son el mismo personaje, encarnado por el genial David García, pero mientras el Joe “bueno” es torpe y un perdedor, el “malo” es aparentemente un triunfador y se dedica a increpar al “bueno”. A continuación les presento los tres cortos de la serie dedicada a este verdadero pardillo nacional, y su hijo de puta asociado, que nació de la improvisación más absoluta a partir del precipitado encargo de una compañera de clase. Que los disfruten.

Joe Vs. Joe
2004, 2 minutos
Dirección: Manuel Ortega Lasaga
Intérprete: David GarcíaPrimer episodio en el que conocemos a Joe y su némesis, Joe. Ganador del Tercer Premio en la Sección Bizarra de Caostica III.



Joe y la puta
2006, 6 minutos
Dirección: Manuel Ortega Lasaga
Guión: Manuel Ortega Lasaga y David García
Intérprete: David García, Cristian Ortega

Joe contrata los servicios de una prostituta muy particular -Cristian Ortega, otro habitual de la filmografía del director-, pero sale perdiendo como siempre. Mención especial de la Sección Bizarra de Caostica IV.

Joe el “Boss”
2007, 6 minutos
Dirección: Manuel Ortega Lasaga
Intérpretes: David García, José Ángel Lestón

Las cosas se pondrán difíciles para Joe cuando intente conseguir encontrar entradas para un concierto de su ídolo, Bruce Springsteen. Atentos al cartel final de dos grandes, Juanito Navarro y Kike Camoiras.

Web oficial de Manuel Lasaga
Web oficial de Caostica

Los cortos de Lasaga

jueves, 20 de septiembre de 2007

Perdidos, de misterios y vidas cruzadas

20 de Septiembre y ya estoy de vuelta. Lo más común tras volver de las vacaciones es hacer un repaso de todo lo acaecido durante el verano. Pero por llevar la contraria a la mayoría, unido a que lo más destacable de este verano en materia cinematográfica ha sido el formidable cierre de la saga Bourne, me saldré por la tangente y hablaré de algo que prometí hace tiempo a alguien que (no) era yo mismo.

Cinéfagos Anónimos fue concebida como una página dedicada a todos los que devoramos el cine, pero la ficción televisiva estadounidense ha alcanzado cotas que superan a cualquier blockbuster veraniego. “Perdidos” finalizó su tercera temporada al otro lado del océano de una manera sobresaliente, y en sólo tres años de vida se ha erigido como todo un referente, se ha convertido en una obra de culto que ha servido para que otras respetables series como “Prison Break” o “Jericho” vean la luz.

Hablar de “Perdidos” es hablar de un genio de la pequeña pantalla, J.J.Abrams. Estamos ante un auténtico devorador de la tele, un hombre que ha revolucionado la televisión americana como lo hicieron antaño David Lynch con “Twin Peaks” y “Chris Carter” con Expediente X, quien posteriormente pariera otra joya televisiva injustamente cancelada, “Millennium”. Aunque actualmente se ha desentendido del producto, es el pulso de Abrams y su fanatismo por la “caja tonta” lo que ha hecho de esta aventura lo que es. Un fanatismo que late en el corazón de otra serie suya como “Alias” y de su única película hasta la fecha como director y guionista, la tercera entrega de “Misión: Imposible”. “Perdidos”, por la que sus creadores ganaron un Emmy hace ya dos años, es fruto de esa mente creadora de Abrams y colaboradores, todo un derroche de ingenio, originalidad y profundidad dramática y conceptual.

Todo comenzó con un ojo abierto en medio de la selva en el episodio piloto, dirigido con desbordante solvencia por el mismo Abrams. El orwelliano ojo (Orwell y su Gran Hermano planean con bastante frecuencia por la serie) era el de Jack, médico reconvertido a héroe a su pesar que tras asimilar que está en medio de la selva acudirá a los gritos de socorro que llegan desde la nada, para encontrarse finalmente con la angustiosa verdad: el vuelo en el que viajaba, el 815 de Oceanic que cubría el trayecto Sidney-EEUU, se ha estrellado en una isla aparentemente desierta, y en la orilla de la playa yacen los restos del avión, equipajes y un interminable caos de pasajeros al que Jack intentará, como lleva haciendo toda su vida, poner orden. Así arrancaba la primera temporada de esta ilustre odisea que alterna todos los géneros posibles de manera creíble y calculada. En los sucesivos días los supervivientes se toparán con un monstruo con sonido mecánico que mata al piloto, osos polares en un supuesto clima tropical, susurros en la jungla, una francesa también náufraga que habla de una extraña enfermedad que acabó con sus compañeros y de unos nativos conocidos como Los Otros que no ven con muy buenos ojos a los nuevos inquilinos.

¿Qué hace que “Perdidos” se haya convertido en una serie de culto? En primer lugar su cóctel de géneros, que abarca desde el drama hasta la comedia pasando por la aventura y el suspense, con la dosis justa de terror y con bastante ciencia-ficción. En segundo lugar su impecable factura, ya puesta de manifiesto en el piloto dirigido por Abrams y continuada por los ya habituales realizadores Jack Bender o Deran Sarafian, entre otros. En tercer lugar la banda sonora del ya imprescindible Michael Giacchino, un compositor cada vez más demandado por el séptimo arte y que combina también todos los estilos posibles en sus exquisitas partituras. Y en cuarto lugar, y constituyendo uno de los grandes pilares de la serie, los flashbacks. Cada episodio está dedicado a un personaje en concreto de la isla, y a través de los flashbacks descubrimos sus vidas, sus fantasmas del pasado y sus intenciones. Con ellos hemos descubierto el conflicto de Jack con su padre y su eterno estigma de salvador de todos; las venas delincuentes del estafador Sawyer, que busca al hombre que acabó con su idílica infancia y le convirtió en lo que es, y Kate, la más fugitiva de las “perdidas”; las habilidades ocultas de Walt y su rechazo inicial a un padre al que nunca ha conocido; los desquiciantes y malditos números de Hurley; el pasado de Sayid en Irak o la misteriosamente saneada minusvalía de Locke, entre otros muchos. Y es que pocas series han mostrado un cuidado tan meticuloso de sus personajes a través de unos retazos de sus vidas en los que descubrimos que todos se cruzan unos con otros, hecho explotado también en la reciente idea de sus creadores, “Seis grados”.

La primera temporada se saldó en EEUU y en el extranjero, incluido España, con unas audiencias de vértigo. Fue la encargada de enganchar al público, de sentar las bases de la trama y del estilo de la serie. Acabó de manera insuperable, con Jack y Locke mirando al interior de la condenada escotilla. La segunda temporada de las aventuras de los losties fue más destinada a la acción que al misterio, aunque dejó abiertas importantes puertas. Así, vimos desveladas incógnitas como el destino del resto de supervivientes del avión a través de los otros 48 días; qué hay al otro lado de esa escotilla; qué era eso tan grave que hizo Kate; cuál fue el motivo de que el vuelo 815 se estrellara, etc. Nuevos personajes y un botón que debe ser pulsado cada 108 minutos si se quiere evitar el fin del mundo introduciendo los números de Hurley ocuparon toda esta segunda entrega. Entre tanto los famosos flashbacks, tanto de los de siempre como de los nuevos personajes, la pérdida de fe de Locke, la muerte de algunos de manera inesperada y la sensación de que la batalla entre destino (Locke) y casualidad (Jack) no está del todo acabada.

El 26 de este mes parece que La2 de TVE estrena la tercera temporada, aquella en la cual quien sea verdadero fan de la serie seguirá hasta el final, pues alcanza una carga moral y conceptual de tintes casi bíblicos. Puestos a no desvelar demasiado sabremos mucho más de Los Otros pero no lo suficiente, su historia y por qué nunca son encontrados, por qué Locke quedó inválido y hasta qué punto está dispuesto a llegar por preservar su paraíso, qué ocurrió con el “verdadero” vuelo 815 y sus supervivientes, que realmente todos están por una razón (¿o será por casualidad como profesa Jack?), etc. Por si fuera poco seremos testigos de alguna muerte sentida y macabra, con personajes inmortales, con la “aparición” de Jacob en uno de los momentos más acongojantes de toda la temporada, con algunos protagonistas matando literalmente sus viejos fantasmas y con un final que da esperanza pero a la vez estremece y cambia por completo la filosofía de la serie. En definitiva, veremos La Biblia de “Lost”.

¿Qué le depara a esta serie en el futuro? Por supuesto cerrar como se pueda las intrigas y las historias de los personajes antes de su final, previsto para 2010, y los rumores de apariciones estelares como la de Bruce Willis, confeso seguidor de la serie. Pero la palabra clave de cara a la cuarta temporada, que no llegará a EEUU hasta Enero de 2008, y las futuras es la palabra flashforward, el concepto innovador que dejará boquiabiertos a los espectadores tan sólo a dos minutos del final de temporada y que cambiará totalmente la serie a partir de ahora. Mientras tanto nos conformaremos con los proyectos de Abrams en el cine, que abarcan desde un misterioso film sin título y del que sólo existen pistas en Internet e imágenes promocionales hasta la próxima entrega de “Star Trek”, con las emisiones en FOX y La2 de la tercera temporada y, para los más desesperados, la web Lostzilla, portal en el que encontrarán todo tipo de noticias, anécdotas, avances, spoilers y demás de la serie. Ah, y no olvidar que el gran Terry O’Quinn recibió el domingo el Emmy al Mejor Actor Secundario por su papel de John Locke, uno de los personajes más completos y complejos de toda la isla. Ya era hora.

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