domingo, 27 de enero de 2008

LA CRÍTICA


Mortadelo y Filemón. Misión: Salvar la Tierra **

Igualito que los franceses

La fusión entre los hermanos Fesser y el mundo de Ibáñez era casi perfecta. De aquella simbiosis nació “La gran aventura de Mortadelo y Filemón”, una de las pocas adaptaciones ilustres de un cómic español a la gran pantalla, sazonada del humor de Gomaespuma y con un despliegue visual que hacía posible que sus actores se comportaran como auténticos héroes de tebeo, con mamporros, caídas y tortazos incluidos. De lo único que adolecía aquella adaptación era de una historia demasiado confusa, de la sensación de que nunca se homenajearía como merece a los dos agentes de la TIA y en definitiva de que era más una obra de Fesser que de Ibáñez, aunque eso es algo que los fans de “El milagro de P. Tinto” agradecimos.

Han pasado cinco años de aquella divertidísima película, en la que casi era imposible distinguir el celuloide de las viñetas. El encargado de revivir a los superagentes Mortadelo y Filemón una vez Javier y Guillermo Fesser se apearan del proyecto ha sido Miguel Bardem, que por su trayectoria profesional parecía ser su más digno sucesor (no hay más que ver las loquísimas “Noche de reyes” y “La mujer más fea del mundo”). Pero la fusión entre Ibáñez y Bardem no ha sido todo lo fructífera que este crítico esperaba. Será que echo de menos a Gomaespuma y su archiconocida bombona de butano naranja, pero “Mortadelo y Filemón. Misión: Salvar la Tierra” no es más que un vano intento por continuar la estela de su predecesora, atesorando gags inútiles y hostias a diestro y siniestro pero sin la más mínima gracia, sin un atisbo de chispa en el conjunto.

Lo que ha quedado es un producto bastante infantil, bastante mecánico en su ejecución, como si su director sintiera la necesidad de proseguir con lo que otros ya habían hecho y haciendo modificaciones que son para echarse las manos a la cabeza. Entre ellas el uso intensivo, por ejemplo, de acelerar las secuencias para buscar humor donde no lo hay. En cuanto al look visual hay situaciones en las que parece superar en medios a la anterior, y otros sin embargo en los que hace gala de una precariedad de medios alarmante.

Lo que sí soluciona esta nueva adaptación es la historia. El mundo está sufriendo una acuciante sequía, y todos los agentes secretos se reúnen para discutir el problema. Pero la sesión es interrumpida cuando el malvado Botijola hace estallar el edificio pereciendo en el accidente todos los agentes. Todos menos dos. Los dos únicos que no acudieron a la ceremonia y que serán los encargados de desbaratar los planes de Botijola: acabar con todas las reservas del planeta y aprovechar la crisis mundial para comercializar su infumable líquido como sustituto del agua. Sí, el desarrollo de la trama hace que la misma sea más inteligible, pero el problema es que el mismo desarrollo carece de la gracia con que se abordaba todo en la primera parte. Acierta en incontables momentos, pero dichos momentos quedan lastrados por otros bastante patéticos (que alguien se cargue al ambiguo oriental capaz de camuflarse fácilmente detrás de Ofelia).

En cuanto a los actores, estos sí que funcionan. Todos, desde los ya habituales Pepe Viyuela, Mariano Venancio, Berta Ojea, Janfri Topera y Emilio Gavira bordan sus papeles como ya hicieran hace años, e incluso las incorporaciones de Alex O’Dogherty y Carlos Santos son de lo mejor que posee esta segunda parte. Todos menos Eduard Soto, que obliga a pensar en el Mortadelo por excelencia, Benito Pocino. Es cierto que Soto es cómico, y que Pocino no podría haber hecho muchas de las cosas que su personaje requiere en esta (Soto sí sabe poner voces, a Pocino tuvieron que doblarle), pero no termina de encajar en su rol, sobre todo en lo que a físico e interpretación (más allá de sus imitaciones se queda en nada su aportación) se refiere.

Viéndola uno no puede más que pensar en lo que han hecho los franceses con uno de sus cómics más célebres, Astérix y Obélix. La segunda entrega de los irreductibles galos se vendía como la más cara, la más lujosa, pero una vez estrenada parecía todo lo contrario: menos original que la primera y bastante más tediosa y limitada en medios. Parece que nos ha ocurrido lo mismo con uno de nuestros mejores tebeos. Si es que se nota hasta en el cartel.

Lo mejor: Emilio Gavira como Rompetechos, que ya está pidiendo una película a gritos
Lo peor: ¿Dónde ha quedado la bombona de butano?

Título original: Mortadelo y Filemón. Misión: Salvar la Tierra; País: España; Género: Comedia; Año: 2008; Duración: 94 minutos; Dirección: Miguel Bardem; Intérpretes: Eduard Soto, Pepe Viyuela, Mariano Venancio, Janfri Topera, Berta Ojea, Emilio Gavira, Carlos Santos, Alex O'Dogherty, Carmen Ruiz

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