sábado, 16 de agosto de 2014

LA CRÍTICA. Guardianes de la Galaxia

Awesome Mix Vol.1
Antes de que aparezca el logo de Marvel tiene lugar un prólogo sumamente emotivo, a modo de introducción. Tras el logo, unos créditos iniciales y un baile que son toda una declaración de intenciones y un aviso sobre lo que veremos durante las siguientes dos horas, como si Indiana Jones se pusiera a bailar al ritmo del "Come and get your love" de Redbone en el principio de "En busca del Arca Perdida". Así, en unos pocos minutos, tirando de descaro y de una falta total de prejuicios, se desmarca James Gunn de todo lo que Disney/Marvel nos haya podido ofrecer en entregas anteriores. Ha logrado el destello de ingenio definitivo con el que otros directores como los hermanos Russo, Kenneth Branagh o el propio Joss Whedon tan sólo pudieron soñar, dejando sus filmes como agonizantes set pieces repletos de sellos autorales fugaces.

“Guardianes de la Galaxia” es la película más cargada de personalidad de toda la franquicia marvelita/disneyiana, un cuádruple salto mortal a una piscina sin agua que poco o nada tiene que ver con ese cine de superhéroes que el sello nos ha venido vendiendo estos últimos años. Aquí lo que tenemos es a cinco antihéroes, cinco perdedores destinados a salvar a toda la galaxia, protagonistas de una space opera como un servidor no veía desde los tiempos de “El quinto elemento” de Luc Besson, con permiso de las aventuras trekkies de J.J. Abrams. De hecho, sus momentos más flojos son precisamente aquellos en los que la todopoderosa Marvel mete la mano para hacer encajar la trama con el futuro de “Los Vengadores”.


Afortunadamente, la diversión, la comedia inteligentemente insertada, la acción, la aventura desmedida, su ritmo, la banda sonora y el reparto –todos, sin excepción- imperan sobre cualquier intento de enmarcar la película en una trama mucho más ambiciosa. Pero, sobre todo, lo que sobresale en ella es esa cinta de cassette que a la vez funciona como sosías de unos capullos espaciales que se desenvuelven en su propia inmadurez y en una infancia sostenida en el tiempo, y como metáfora de una de las herramientas más potentes del universo cinematográfico: la nostalgia.


“Guadianes de la Galaxia” recorre con sentida melancolía los 80 –atención a los muñecos y la planta bailarina a ritmo de la música, a Kevin Bacon convertido en héroe galáctico, y al pato Howard como icono a recuperar de toda una generación- en forma de remix musical condenado a repetirse una y otra vez y a un tipo de cine de aventuras que ya prácticamente hemos perdido. Ese cine ochentero repleto de gañanes, ladrones, interesados y truhanes que acaban siendo entrañables –el fantasma de Han Solo planea sobre Star-Lord y los suyos- que amenaza con volver. Yo, por mi parte, estoy esperando ansioso el volumen 2 del remix. Aunque desearía que Marvel metiese mucho menos las narices.


A favor: la nostalgia ochentera que desprende
En contra: los momentos en los que Marvel mete las narices

Calificación ****

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