lunes, 10 de octubre de 2016

LA CRÍTICA. Midnight Special

Cuentos asombrosos
En “Take Shelter”, Jeff Nichols cargaba de ambigüedad un relato apocalíptico que no se conformaba como tal hasta bien avanzado su metraje. En “Midnight Special”, el director de la también recomendable “Mud” realiza el proceso inverso. Va cargando el relato de misterio y va diseminando pistas durante su primera mitad, y se va adentrando lentamente en lo desconocido a lo largo de todo el metraje.

Pero con naturalidad. Porque si algo caracteriza a Nichols es la naturalidad con la que reviste sus historias. Una naturalidad fronteriza, mundana, muy propia de la América rural, creyente y recóndita. Aquí, el acercamiento que hace hacia la ciencia-ficción está cargado de cotidianidad, sin caer en los arquetipos de un blockbuster, sin abandonar nunca su naturaleza indie. Hay que saber ver más allá de sus referencias spielbergianas, las cuales son más accidentales que buscadas. Porque Nichols no es Spielberg, ni lo necesita. Tampoco lo intenta. Esto no es “Stranger Things”. Nichols no busca el homenaje. Y hay que acercarse a ella libre de estos prejuicios. Es más, hay que acercarse a “Midnight Special” con cierta predisposición por parte del espectador. Es mejor no saber demasiado sobre ella para dejarse llevar y disfrutarla.


Y he ahí una de sus poderosas armas. Su capacidad para no parecerse a nada ya visto, aunque ya lo hayamos visto antes. Es una obra personal e intransferible. Eso y la magnífica música de David Wingo, el elegante trabajo de su cineasta, y un reparto en estado de gracia, con dos de los mejores actores del panorama actual, Michael Shannon y Joel Edgerton, como cabeza de cartel, y una de esas actrices que con cada nuevo trabajo demuestra aún más si cabe su valía, Kirsten Dunst, sin olvidar a una de las estrellas de la función, al epicentro de la trama, el pequeño Jaeden Lieberher.


El resultado es una especie de traslación a la gran pantalla de uno de esos cómics que lee el pequeño Alton, una especie de “Cuentos Asombrosos” que atrapa con cada minuto que pasa, y que sigue la temática ya trazada por su realizador en sus dos anteriores obras. Porque en este especial de medianoche, lo que tenemos al fin y al cabo, es una figura paternal que trata de proteger a un hijo. Aunque ello implique perderle para siempre.

A favor: la naturalidad con que está abordada la propuesta, y lo mucho que su trama engancha
En contra: que haya quien no vea más allá de sus accidentales referencias

Calificación ****
No se la pierda

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