domingo, 30 de abril de 2017

TAQUILLA USA. Eugenio Dérbez y el cine hindú dan la sorpresa

Otro nefasto fin de semana en la taquilla USA, incluso peor que el de hace una semana, a falta de un auténtico torbellino que arrase con la cartelera, algo que debería ocurrir en cuanto llegue “Guardians of the Galaxy Vol. 2”.

Ante este panorama, dos filmes con pocas copias se han colado en los puestos dos y tres del ránking de las más vistas. La comedia con Eugenio Dérbez How to be a Latin Lover logra unos buenísimos 12 millones de $ en poco más de mil salas, lo que supone un dato superior al de su mayor bombazo USA, “Instructions Not Included”, pero no así en media por sala. La valoración de crítica y público está siendo similar, pero no se espera el mismo fenómeno que con esta última, pero debería tener gas suficiente para alcanzar los 30 millones de $ en suelo estadounidense.

La que sí supera a su predecesora es Baahubali 2: The Conclusion, superproducción proveniente de la India cuya primera entrega logró muy buenos réditos en Estados Unidos. En este caso la cifra es mayor en todos los sentidos, 10 millones de $, y en este caso debería esperarse que llegase a los 20 millones de $.

La que no ha corrido tan buena suerte ha sido el thriller con Tom Hanks y Emma Watson titulado The Circle, que rodeada de nefastas críticas y comentarios se estrella en cuarta plaza con tan sólo 9 millones de $. Ahora bien, su presupuesto de 18 millones de $ debería permitirle ser rentable, aunque para ello necesitará la ayuda del mercado internacional. Tampoco puede tirar cohetes la modesta producción de ciencia-ficción Sleight, que se conforma con 1,7 millones de $ en casi 3.000 salas, a pesar de venir rodeada en este caso de buenas críticas.

A nivel de mantenimientos, The Fate of the Furious no ha tenido problemas para repetir en el podio, cediendo un esperado 50% y con 192 millones de $ en total, manteniendo aún la misma distancia de diez millones con respecto a la sexta parte. Aunque la noticia viene más bien del mercado mundial, donde ya ha cruzado los 1.000 millones de $. El top 5 lo cierra The Boss Baby, con 148 millones de $ en casa y casi 400 millones de $ en todo el globo.

Fuente: Box Office Mojo

viernes, 28 de abril de 2017

LA CRÍTICA. Guardianes de la Galaxia Vol. 2

Todos somos Groot
Aquel “Somos Groot” con el que daba por finalizada la space opera de James Gunn en el primer volumen de este Awesome Mix que amenaza con volver en un futuro más digital, con casi 300 canciones, definía aquello en lo que se convertiría con los años su entrada triunfal en el universo marvelita. El realizador lograba insuflar de vida a una casa en la que el ingenio y la autoría no son el ideal a seguir a través de unos personajes, de un simpaticón toque retro y de un sentido del humor a medio camino entre la comedia familiar y el chiste friqui y pasado de rosca. Elementos todos ya tan característicos e identificables que nos obligaban a todos a decir eso de “Todos somos Groot”.

Porque Starlord, Gamora, Drax –bravo por darle más cancha-, Rocket Fox –perdón, Racoon-, Yondu y ahora el pequeño Baby Groot, convertido en amo y señor de los momentos más divertidos y tiernos de esta secuela, a sabiendas del enorme tirón que tiene entre las masas, ya son viejos conocidos. Y es ésta la carta más difícil que debe jugar “Guardianes de la galaxia Vol. 2”, la de desmarcarse de su predecesora, la de evitar las comparaciones. No es que salga perdiendo, pero tampoco ganando.


Gunn sabe de sobra que superar lo hecho hace tres años es inútil, y se limita a dejarse llevar por el devenir de su historia y por sus carismáticos personajes. Es ligeramente más profunda y oscura, pero el espíritu festivo sigue ahí. El sentido del humor sigue siendo cristalino y a veces subido de tono, pero ya lo hemos visto. La escena de créditos iniciales, a ritmo de música y baile, y ahora plano secuencia y a la vez fuera de campo, divierte, pero ya la hemos visto. A sus protagonistas, aunque les conozcamos un poquito más con este film, ya les conocemos.


Y así y todo, no le hace falta desmarcarse para ser un ente propio. Sí, carece del elemento sorpresa, pero Gunn sabe imprimirle la suficiente alma al producto para asegurar dos horas de diversión a raudales, más una buena dosis de inventiva –atención a la escena de fuga de la nave de los Ravagers, o el psicodélico viaje entre universos-, que sigue alejándola de otros productos marvelitas. Incluso su incidencia en la trama principal de “Los vengadores” es menos significativa, por no decir que inexistente. Sabe cómo no copiarse a sí mismo, y ahí demuestra su libertad creativa dentro de una casa en la que esto es prácticamente una quimera.


Los Guardianes de la Galaxia, ahora más salvadores que guardianes, volverán en una nueva odisea pulp espacial. Y seguramente la capacidad de sorpresa será aún menor. Pero si el nivel de entretenimiento es tan alto y la fuerza de las ataduras comerciales son tan flojas como en la que nos ocupa, habrá que unirse de nuevo a la fiesta. Y decidir si somos de los que bailan, o de los que no mueven un pelo hasta parecer cadáveres.

A favor: su capacidad de inventiva y la sobredosis de entretenimiento que propone
En contra: ha perdido ligeramente la capacidad de sorpresa

Calificación ****
No se la pierda

lunes, 24 de abril de 2017

LA CRÍTICA. Fast & Furious 8

Misión… Imposible
Hace un par de entregas que la saga “Fast & Furious” juega a poner a prueba la capacidad de aguante del espectador. Esto dejó ya de ser lo que era en sus primeras tres entregas, una franquicia de canis y aficionados al tunning, e incluso abandonó hace tiempo el thriller de acción que Toretto y su familia, por entonces prófugos eternos de la justicia, protagonizaran. Siguen siendo macarras, sí, pero ahora transformados en una suerte de agentes secretos que convierten al Ethan Hunt de “Misión: Imposible” en Maxwell Smart.

James Wan llevó hasta el extremo el poder de verosimilitud de la franquicia en forma de paroxística e hiperbólica action movie cargada de esteroides, tan exagerada e imposible como las venas de los brazos y los cuellos de algunos de sus protagonistas. Y lo peor de aquel divertimento era que la cota de fantasmadas por fotograma era tan elevada que la siguiente aventura debía tirar aún más si cabe la casa por la ventana.


Paradójicamente, lo que más sorprende de la cinta de F. Gary Gray es que no ha tomado precisamente ese camino. Sí, aquí los coches siguen volando, sus personajes son capaces de las proezas más imposibles, el guión sigue bordeando la línea que separa el esperpento de la credibilidad –ay esas nuevas alianzas, tan difíciles de encajar fuera de este universo-, y la acción sigue avanzando a ritmo de reggaetón y cámaras lentas. Pero sin duda no alcanza los grados de enajenación mental del film de Wan, y esto se agradece y a la vez debemos recibirlo con cierto recelo. Porque después de ver cómo Dwayne Johnson volaba por una ventana y sólo se rompía unos pocos huesos, cómo un coche saltaba entre los edificios de Dubai, o cómo Jason Statham quedaba reducido a un autómata capaz de reventar él solito todo un hospital, volver atrás no es el paso más lógico, si bien contentará a aquellos cuya suspensión de incredulidad ya quedó en entredicho hace dos años.


Lo que resulta, en definitiva, es más de lo mismo. Una película enormemente entretenida y que vuelve sobre los propios pasos de la franquicia, con muchos puntos a su favor -las incoporaciones de Charlize Theron y Helen Mirren, entre ellos-, pero demasiado falta de empuje y alma como para ofrecer algo distinto a lo ya visto. Para entendernos, no hay demasiada diferencia entre lo que ofrecía Justin Lin y lo que Gray nos sirve. Se conforma con ser una secuela funcional, sin atisbo de ingenio y buenas ideas en su realización, pero con un pulso narrativo lo suficientemente consistente como para asegurar más de dos horas de desconexión y diversión. Que para eso existe este tipo de productos. Para eso y para postularse como el comienzo de un spin-off, el que deberían protagonizar los carismáticos Johnson y Statham, auténticos amos y señores de la función. El segundo, reconvertido incluso en una especie de Chow Yun-Fat del “Hard Boiled” de John Woo. Sí, y con bebé a bordo.

A favor: el carisma de la pareja Johnson-Statham, y la diversión que proporciona
En contra: le falta ofrecer algo distinto a lo ya visto

Calificación ***1/2
Merece mucho la pena

domingo, 23 de abril de 2017

TAQUILLA USA. Estrenos a medio gas contra Toretto y su familia

Fin de semana poco reseñable, ya pasado el ciclón “Fast & Furious 8”, que estrenase hace diez días con una cifra a la baja con respecto a su predecesora. Pero así y todo, sigue manteniendo el tipo este fin de semana a falta de estrenos que le hagan sombra.

The Fate of the Furious cede un fuerte 60%, una caída previsible y ya vista con anterioridad en la franquicia, elevando su total a 163 millones de $, lo que la deja ocho millones por debajo de su antecedente más equiparable, la sexta entrega de la franquicia. No obstante, ésta contó con un día extra en su estreno, por lo que el total de esta nueva aventura de Toretto y su familia se salda con éxito. Seguramente, al final de su carrera rondará los 220 millones de $. Un dato que podría parecer escaso en vista de los 250 millones de $ que ha costado, pero que se compensa con el apoteósico éxito que la película está teniendo en todo el mundo. 908 millones de $ en diez días, de los cuales casi 200 millones de $ llegan desde China, país donde ha roto el récord que hasta ahora ostentaba “Star Wars: The Force Awakens”. Los 1.000 millones de $ están a la vuelta de la esquina, y su inminente estreno en Japón debería proporcionarle aún más beneficios.

Todos los estrenos grandes de la semana se quedan a medio gas. Solo el documental de Disney Born in China sale bien parado con 5 millones de $ en cuarto puesto, una cifra superior a la de recientes propuestas similares de la compañía como “Monkey Kingdom” o “Bears”, y con un fuerte apoyo de crítica y público. No ocurre igual con el thriller con Rosario Dawson y Katherine Heigl Unforgettable o el drama histórico con Oscar Isaacs y Christian Bale The Promise, que se quedan con 4 millones de $.

En los mantenimientos encontramos buenas noticias ante la falta de estrenos potentes, y así todos los filmes del top 10 caen por debajo del 30%. The Boss Baby se va a los 136 millones de $ en cuatro semanas, y a los 319 millones de $ en todo el mundo, mientras The Beauty and the Beast amasa ya 431 millones de $, así como 1.100 millones en todo el globo. La comedia Going in Style empieza a salvar los muebles a nivel mundial con 50 millones de $, 31 de los cuales llegan de su paso por las salas norteamericanas.

En el top 10, Gifted sigue mejorando un fin de semana más, ya con 10 millones de $ en su haber, y convirtiéndose en el sleeper de la temporada, mientras The Lost City of Z confirma su buena comunión con el público al ampliar a más de 600 salas y mejorar un 1.849%, entrando directa al puesto 10 y con 2,3 millones de $ en diez días.

Por su parte, Colossal y Truman también aumentan una semana más, la primera con 1,3 millones de $ y la segunda con 109.579$, y ganando puestos en ambos casos.

Fuente: Box Office Mojo

lunes, 17 de abril de 2017

EL TERMÓMETRO. Cine de ¿autor?

Fuente de la foto: http://www.ritmos21.com/6869/que-es-realmente-el-cine-de-autor.html
Hace un par de semanas me encontraba en Madrid visitando a un gran amigo, Pablo Rodríguez Sierra, autor del blog Peibolster Productions, disfrutando de la compañía, el ambiente madrileño y sus comidas, de ese algo tan característico como es entrar en un bar y que huela a cerveza, panceta y cigarrillos. Juntos visitamos un mercadillo en la ciudad, donde podrías encontrar auténticas gangas en DVD y BluRay, cuando una señorita con lo que yo denomino estilo alternativo –es decir, pelo rosa, ropa oscura, piel blanca, algún que otro piercing y tatuajes- se acercó a uno de los puestos y lanzó una pregunta a la dependienta que debió ya verse venir por su estética: “Perdone, ¿tiene algo de cine de autor?”

La respuesta de la dependienta fue de lo más lógica y educada: “Perdone, pero cine de autor hay mucho…” Ante tal respuesta, la chica abandonó el puesto sin mediar palabra, convencida seguramente de que aquella señora no tenía ni pajolera idea de cine. O al menos de lo que para ella es el cine. Porque existen determinadas personas, ya sea a pie de calle o en redes sociales –los grupos de Facebook especializados en cine sufren este mal constantemente-, para las cuales solamente el cine de autor constituye verdadero cine. Todo lo que venga de esa Meca del Cine carente de ideas, que disfruta explotando secuelas y spin off, que goza reventando clásicos en forma de remakes, que parece que para ellos solo muestra encefalograma plano por el simple hecho de sólo buscar entretener y, cómo no, hacer caja, no pertenece al verdadero séptimo arte.

Y se equivocan. Ese cine de autor que tanto alaban y defienden se encuentra enormemente distorsionado, especialmente por la irrupción de ese cine independiente que tan famoso se hiciera a finales de los 80 y principios de los 90, y cuyas consecuencias seguimos pagando hoy en día. Porque cine de autor y cine comercial no tienen por qué estar precisamente enfrentados, y la definición de qué títulos pertenecen al primer grupo trae ya de cabeza a expertos y no tan expertos desde hace décadas. Pero no a los supuestos eruditos y sibaritas del celuloide, para los cuales el cine de autor es uno específico.
Concretamente, para ellos lo es todo producto que tenga sello de autoría, siempre y cuando no pertenezca al cine comercial. Así de simplista y peligroso. Si echamos la vista atrás, fue precisamente uno de esos autores, François Truffaut, quien con tan sólo 22 años se atrevería en los años 50 a tocar tan espinoso tema en la revista Arts. Ya por aquel entonces, Truffaut se quejaba de un mal que aún a día de hoy seguimos sufriendo, el del papel de los productores, y cómo hacían y deshacían a su antojo las obras de los directores en el viejo Hollywood, que insisto, no es tan distinto al de hoy en día. Para él, un autor era todo aquel cineasta que imprimía su sello personal en su film, metieran manos en el mismo productores o no. Para él eran autores directores como Jean Renoir, Luis Buñuel y, atención, Alfred Hitchcock.

A todos esos eruditos del cine de autor les sorprendería esta aseveración, pero Hitchcock hacía cine comercial para la gran industria del entretenimiento, y a la vez no dejaba de hacer cine de autor. Pero como lo hacía hace medio siglo, y el tiempo y la nostalgia parece que distorsionan nuestra percepción… Obras maestras como “La ventana indiscreta”, “Con la muerte en los talones”, “Psicosis” y “Los pájaros” eran comerciales, pero llevaban la impronta personal de todo un genio. Y no es el único. Tan autor es Steven Spielberg como lo puede ser David Lynch, tan autor es Christopher Nolan como lo es Scorsese, que también ha hecho cine comercial, y tan autor es Tarantino, aunque esté comercializado hasta las trancas, como en su momento lo fue Stanley Kubrick. Hasta Clint Eastwood coquetea en muchas de sus producciones con la comercialidad, cuando no la abraza sin tapujos, sin dejar de ser por ello un autor. Y puestos a decir, tan autores son Michael Bay y Zack Snyder pese a que sólo hacen cine comercial, pero dejan su estética y sello en cada nuevo trabajo.

Por supuesto, existen productos sin alma, pero su existencia se da tanto dentro como fuera del cine comercial. Los filmes de Disney/Marvel están todos cortados por el mismo patrón, pero un film independiente no tiene más autoría que las cintas de la editorial sólo por ser independiente. “Boyhood” no la tiene, ni tampoco “Still Alice”. El cine es cine, y debe ser tan válido tanto si tiene a un director con su propia marca como si carece de ella. Huir de determinadas películas o rechazarlas sin miramientos simplemente porque vengan del gran y todopoderoso Hollywood es insensato y estúpido. Y además, sí que evidencia no tener ni idea de cine. No era la dependienta la que no sabía de lo que hablaba, lo era aquella señorita de estética alternativa para la que el cine de autor era el único y verdadero.

Nota: lo de la estética de la chica en cuestión no es irrelevante. El hábito no hace al monje, pero igual que si veo a un japonés vestido de blanco y con enormes cuchillos pienso que estoy ante un chef de sushi, si veo a una persona ataviada de tal manera lo primero que puedo adivinar es el tipo de cultura que consume. 

domingo, 16 de abril de 2017

TAQUILLA USA. La cartelera vuelve a rugir rápida y furiosa

Potente fin de semana en la taquilla USA, muy superior al de hace un año, cuando “The Boss” llegaba a la cartelera sin ser uno de los mejores estrenos de Melissa McCarthy. En esta ocasión, ha sido el número uno el que ha acaparado más de la mitad de las cifras, a pesar de que el dato que ha cosechado pueda parecer frío.

Porque The Fate of the Furious llegaba con una enorme campaña de promoción y una marca ya consolidada, la de una saga que ha ido creciendo en calidad y aceptación entre el público. A nivel de crítica han vuelto a dar en la diana, aunque también a la baja, pero los 100 millones de $ que ha logrado esta nueva aventura de Toretto y familia podría antojarse escasa si la comparamos con los casi 150 millones que Furious 7 recaudó hace dos años. Sin embargo, por aquel entonces se dio un importante condicionante que no se ha dado en la que nos ocupa. La trágica muerte de Paul Walker atrajo a las masas al cine, y éste ha sido un factor con el que, aunque suene triste, no ha contado esta nueva entrega.

Su cifra de apertura es más equiparable a la del episodio 6, estrenado en 2013, que se hacía con casi 97 millones de $ en tres días, pero con la ventaja de que contaba con un día extra. No obstante, su desgaste día a día puede hacer presagiar que esta nueva película no contará con los réditos en taquilla de las dos anteriores. El tiempo dirá, pero al menos a nivel mundial no debería tener problemas para rentabilizar los 250 millones de $ que ha costado. De hecho, en sus primeros días ya ha recaudado en todo el globo la friolera de 532 millones de $, batiendo el récord de apertura por ejemplo en China. Ante esto, la barrera de los 1.000 millones de $ ya está virtualmente superada.

Con todo, no ha tenido la mejor media por sala. Ese honor ha ido a parar a manos de la cinta de aventuras y acción The Lost City of Z, de James Gray, que en cuatro salas ha amasado 112.633$, y con unas críticas y review de lo más entusiastas. En tercer lugar en cuanto a media por copia se encuentra el drama R con Richard Gere titulado Norman: The Moderate Rise and Tragic Fall of a New York Fixer, que en tan sólo cinco cines ha conseguido 103.664$.

En los mantenimientos, el top 5 lo completan: The Boss Baby, con 116 millones de $ en tres semanas y 239 en todo el mundo; Beauty and the Beast, imparable tras cinco semanas en cartelera, ya con 454 millones de $ en su haber y 1.043 millones en todo el mundo; y Smurfs: The Lost Village y Going in Style, que en diez días se acercan a los 25 millones de $, algo más positivos en el caso de la comedia de Warner que en el de la cinta de animación de Sony. Les sigue el drama con Chris Evans Gifted, que pasa del puesto 16 al 6 tras aumentar más de mil salas y un 572% su recaudación, y con 4,3 millones de $ en diez días.

Por último, también mejoran Colossal y Truman. La primera lo hace un 285% y se aproxima al top 10, mientras que la segunda sube cerca del 48%. En total, en diez días, las cintas de Nacho Vigalondo y Cesc Gay suman 616.344$ y 53.214$, respectivamente.

Fuente: Box Office Mojo

viernes, 14 de abril de 2017

AVANCES. Primer teaser trailer y póster de "Star Wars: The Last Jedi"

Ha tardado algo más de lo esperado, pero la espera ha merecido la pena. Da igual cuál sea el resultado final, si el film estará a la altura del hype o no, pero es imposible que los vellos no se pongan de punta y se hiele la sangre con cada nuevo avance de una entrega de “Star Wars”. El episodio VIII, “The Last Jedi”, llega estas navidades de la mano de Rian Johnson (“Looper”) y con el reparto del anterior film, al que se unen Benicio del Toro o Laura Dern, entre otros. He aquí el teaser tráiler. Mientras, a esperar a Diciembre.




martes, 11 de abril de 2017

LA CRÍTICA. Ghost in the Shell: El alma de la máquina

Esa concha sin fantasma
“Ghost in the Shell” fue, con permiso del “Akira” de Otomo, la encargada en los 90 de derribar definitivamente los muros entre Oriente y Occidente, entre anime y cine de acción real, de conseguir hacer soñar a millones de personas con algo más que ovejas eléctricas, de unir definitivamente inteligencia artificial, espionaje, cyberpunk, política y ciencia-ficción en un combo de aspiraciones metafísicas que supuso todo un boom en el momento de su estreno, hace veinte años, y que ha derivado en toda una franquicia y un objeto de auténtico culto.

Lo primero que podemos echar en falta en su readaptación cinematográfica es que ésta no aporte nada nuevo a lo ya visto. Tiene una estética fabulosa, pero deudora de filmes como “Blade Runner”, y una concepción de las escenas de acción que puede recordar al “Matrix” de los Wachowski, otra ramificación surgida del film original de Mamoru Oshii. Todo en ella suena a déjà vu, pero no es que tampoco la cinta de Rupert Sanders trate de desmarcarse de sus referentes, por lo que en ese sentido es honesta.


Su primer pecado es que confunde grandilocuencia con un constante ralentí del ritmo narrativo. No olvidemos que estamos ante un blockbuster, y que como tal debería cubrir unas exigencias más enfocadas hacia el gran público. Y sin embargo, Sanders prefiere darle un toque más oriental al conjunto, más pausado e intimista, más de escenas en espacios cerrados que de potenciar hasta el infinito las posibilidades del universo que está trasladando a imagen real. Ello deriva en un tempo narrativo que puede atragantarse a más de uno. Incluso sus escenas de acción resultan desangeladas, faltas de esa alma que las diferencie de otras propuestas similares. Y he aquí su segundo y mayor pecado, su hermetismo, su falta de pasión y de ser algo más de lo que es, de desmarcarse de cualquier referencia y constituir un ente propio y consistente.


Por el camino, muchas cosas interesantes y destacables. Su reparto, su apartado visual, la excelente banda sonora de Clint Mansell y Lorne Balfe, los momentos en los que copia planos de su referente, y el interés con el que se ve su historia y cala su mensaje –bastante masticado y servido en bandeja para las grandes masas, eso sí- si el espectador consigue no quedarse dormido durante su visionado. No satisfará, por supuesto, a aquellos que encuentren en el manga y la película original un mantra a seguir. Porque esto, más que una adaptación literal, es una traslación libre basada en todo un universo por explorar y a expandir. En vista de los réditos en taquilla, no es probable que esto último suceda. Al menos no de esta manera. Y es que todas sus virtudes sirven de poco si bajo su concha, si bajo su lujoso y atractivo cascarón, no hay un alma que lata con fuerza. Eso que aquí llaman un fantasma.

A favor: el apartado audiovisual y el interés con el que se ve si uno logra no quedarse dormido
En contra: le falta mucha alma a esta máquina, y que confunda grandilocuencia con tempo narrativo

Calificación ***
Merece la pena

domingo, 9 de abril de 2017

TAQUILLA USA. Los Pitufos no hacen sombra al bebé jefazo

Fin de semana de horas bajas en la taquilla USA, incluso peor que el de hace un año, cuando “Batman v Superman” seguía liderando pero con un importante descenso en sus cifras.

Esta vez el número uno no es tan potente, pero el resto del top 5 compensa los datos del film de Snyder, aunque sin grandes emociones. The Boss Baby sigue dominando la cartelera, con un moderadamente fuerte descenso del 47% y 89 millones de $ en total. A nivel mundial 156 millones de $. En ambos casos, cifras muy mejorables.

Le sigue Beauty and the Beast, que continúa incombustible y en cuatro semanas acumula 432 millones de $, mientras que en todo el mundo los 1.000 millones ya asoman por el horizonte. Ghost in the Shell cierra el top 5 con una fuerte caída que evidencia su falta de interés, y yéndose a los 31 millones de $ en diez días. En todo el globo, unos aún débiles 124 millones de $.

En materia de estrenos, la animada Smurfs: The Lost Village no logra conectar con las audiencias familiares, y se conforma con 14 millones de $ y poco más de 30 millones de $ en todo el mundo. Su presupuesto es del doble y tendrá que sudar para ser rentable. No le pasa igual a Going in Style, comedia que reúne a Michael Caine, Morgan Freeman y Alan Arkin, que cumple con 12 millones de $, habiendo costado el doble. Una cifra relativamente fácil de rentabilizar.

En exhibición limitada, cabe destacar el drama con Chris Evans dirigido por Marc Webb Gifted, y la comedia dramática Their Finest, que comienzan bien su andadura con 476.000$ en 56 salas y 77.000$ en seis, respectivamente.

Pero la mejor media por copia de la cartelera ha ido a parar a manos de Nacho Vigalondo. Colossal, con Anne Hathaway, debuta con unos colosales 120.776$ en cuatro salas, y reviews y comentarios de lo más optimistas.

Por último, ha llegado a Estados Unidos la española Truman, que en tan sólo tres cines ha sido capaz de recaudar 25.000$, una decente cifra para el film de Cesc Gay.

Fuente: Box Office Mojo

viernes, 7 de abril de 2017

LA CRÍTICA. El bar

Esos pequeños españolitos
Los bares. Mucho más que un simple sitio donde pedir unas tapas o tomarte una caña. Un microcosmos compuesto por borrachos y sobrios, por la clase alta y la baja, y en resumen, por seres humanos, que acuden a ellos para ahogar sus anhelos, sus penas y su personalidad en alcohol. El lugar perfecto para que Álex de la Iglesia conforme de nuevo su particular ángel exterminador, como en la colosal “La comunidad” o la infravalorada y reivindicable “Mi gran noche”, para encerrar a sus odiosos ocho y dejar que el tiempo y las circunstancias provoquen que quieran sacarse los ojos entre ellos.

Pero mucho más importante que el estar compuesto por los estratos más estereotipados de la sociedad –la pija, el hipster, el vagabundo, la ludópata…-, lo que caracteriza a “El bar” del cineasta bilbaíno es que en él se encuentra recluida toda una especie en sí misma, un ser al que el director trata desde sus afilados créditos iniciales como un parásito: los españoles. Y por eso es tan fácil reconocerse a uno mismo en sus personajes, que no mostrar empatía, algo que tampoco intenta. Porque este bar es perfectamente reconocible para cualquier espectador, porque desprende olor a tabaco, a panceta y cerveza de barril. Por eso esta historia de hipocresía, egoísmo y supervivencia es tan cercana, pese a la distancia que sus despreciables personajes marcan con el público.


Y para bien y para mal, es puro de la Iglesia. Para bien, que este señor cada vez dirige mejor, cada vez maneja mejor los recursos cinematográficos –fotografía, banda sonora, composición de planos…- y a sus actores, todos en estado de gracia, con Blanca Suárez, Mario Casas y Jaime Ordóñez llevando con convicción el peso de la trama, y con la sensación, eso sí, de que podría habérselo sacado más jugo a los grandes Terele Pávez y Joaquín Climent.


Para mal, pues la tendencia de su cine a perder el rumbo llegado cierto punto de la trama, que en el caso que nos ocupa ocurre antes de lo previsto, justo cuando se abandona el atractivo escenario inicial de la propuesta, pero que al menos aquí transcurre de una manera más natural que en anteriores trabajos. Menos abrupta, y con la particularidad y ventaja para quien esto escribe de que la comedia negra va desapareciendo con el avance del metraje para ir conformando una acertada autopsia de las miserias del homo sapiens. Una especie de documental sobre españolitos que haría las delicias de Félix Rodríguez de la Fuente. Desde ese punto de vista, su tramo final es el más sólido de toda su filmografía desde la incomprendida “Balada triste de trompeta”. Y ese desenlace en el que la indiferencia y apatía de toda una ciudad se dan la mano con más patético orgullo que vergüenza, mucho más. Y mejor no nos engañemos pensando que es pura ficción. En el fondo, todos somos iguales. Pero algunos llevan un arma.

A favor: el acertado retrato de la sociedad, su reparto y lo bien dirigida que está
En contra: la sensación que puede dejar de que pierde el rumbo conforme avanza la trama

Calificación ****
No se la pierda

domingo, 2 de abril de 2017

TAQUILLA USA. The Boss Baby manda en la taquilla

Abril empieza a la baja con respecto al pasado año. Algo normal si tenemos en cuenta que en 2016, por estas fechas, la taquilla USA recibía la llegada de todo un ciclón como era “Batman v Superman”, cuyo dato de apertura ya era superior al de todo el top 10 del presente fin de semana.

Así y todo, ha habido sorpresa. La que ha dado la animada The Boss Baby, con la que Fox vuelve a repetir los datos de las recientes “Trolls” o “Kung Fu Panda 3”, pero más acercándose al éxito de la primera que a la tibia cifra de apertura de la segunda. Porque ha roto todas las previsiones y se ha colocado como cabeza de la taquilla con 49 millones de $, además de superar ya los 100 millones de $ en todo el mundo. Un exitazo que, sin embargo, tiene como hándicaps importantes el hecho de que la crítica la ha tratado mal, su abultado presupuesto de 125 millones de $, y sobre todo el inminente estreno de la próxima entrega de “Smurfs: The Lost Village”, que sin duda le robará protagonismo. Aún así, raro será que no alcance, al menos, los 130 millones de $, a la espera de que el mercado internacional le permita salvar los muebles.

El otro gran estreno del fin de semana, la esperadísima Ghost in the Shell, no ha corrido la misma buena suerte. La ambiciosa propuesta de Paramount se queda en el terreno de la decepción, al entrar con la mitad de lo que pronosticaban los medios más optimistas. 19 millones de $ y unas críticas más bien negativas que podrían hacer que este producto de 110 millones de $ se quede en torno a los 60 millones de $, con suerte. Tendrá que apretar mucho en el mercado internacional, donde su acumulado es de 40 millones de $.

En cuanto a los mantenimientos, a punto ha estado The Beauty and the Beast de coronarse líder un fin de semana más. Poco más de un millón de $ la separan del número uno, y su total en tres semanas asciende ya a los bestiales 395 millones de $. En todo el mundo, además, suma 876 millones de $, y será cuestión de cerca de una semana que supere los 1.000 millones de $. Otro exitazo para Disney.

El top 5 lo completan, en los puestos cuatro y cinco, Power Rangers, con 65 millones de $, y Kong: Skull Island, con 147 millones de $. La primera sufre un descenso bastante fuerte, aunque previsible, pero tiene algo de fuerza para colocarse en torno a los 90 millones de $ y rentabilizar en el mercado internacional. La segunda ha tenido mejor recorrido, y a nivel internacional ha recaudado lo mismo que “Godzilla (2014)” en toda su carrera comercial fuera de sus fronteras. Aún le queda algo de camino por delante para mejorar los 477 millones de $ que atesora en todo el mundo.

Fuente: Box Office Mojo
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