viernes, 12 de mayo de 2017

LA CRÍTICA.Colossal

Fuera de control
Gloria lleva una vida desastrosa. Olvida citas importantes, no tiene trabajo, sale hasta las tantas y bebe a destajo. Su novio ya no la aguanta y la expulsa del piso que comparten en la gran ciudad, así que no le queda más remedio que volverse a su pueblo natal, a poner en orden sus prioridades y sobre todo su vida. Sí, “Colossal” empieza como una comedia romántica. Hasta que ocurre lo inimaginable. Un enorme monstruo aparece sobre Seúl sembrando el pánico, y aunque parezca mentira, Gloria tiene más en común con esa bestia de lo que parece.

El monstruo no es más que una excusa para hablar de algo más, y de paso para subvertir los géneros. Ya lo hacía Nacho Vigalondo en la reivindicable “Extraterrestre”. Poner a dos personajes en el epicentro de una trama rocambolesca llevada con la más absoluta normalidad que no es más que un detonante para diseccionarlos. Aquí además reformula el cine de kaijus y mechas de toda la vida y lo extrapola a una lucha entre dos individuos humanos terrenales, para hablar de las adicciones, de los abusones y de esos errores que cometemos estando fuera de control.


Así de loco está este señor, y lo cierto es que la idea es de lo más atractiva. Pero como le ocurriera en ese curioso experimento fallido y agotador que era “Open Windows”, el que realmente está fuera de control es el propio cineasta, tanto sobre el papel como en la dirección. Vigalondo no sabe encontrar el tono apropiado con el que contar la historia. O se pasa de dramático, o la comedia romántica vuelve a otear por el horizonte de manera preocupante. No sabe cómo encarrilar a su propia criatura, y esto se nota también a nivel argumental. Cuesta durante todo su metraje atisbar qué es lo que quiere contar, de qué es metáfora ese colosal monstruo que se rasca la cabeza continuamente y actúa como si estuviera viviendo en una resaca de narices constante. Cuando ya parece descubrirse todo el pastel –una mala decisión, desvelar el por qué de la extraña conexión entre humanos y bestias-, la cantidad de ideas y temáticas que ha sembrado es tan amplia que el conjunto acaba siendo errático e irregular.


Es decir, “Colossal” se queda solamente en su prometedora idea de partida, demostrando una vez más que las ideas en corto es lo que mejor se le da al cineasta. Todo lo que se ramifica a partir de ahí es un quiero y no puedo que viene a recordarnos a su vez que la carrera de Vigalondo no necesita de grandes estrellas y presupuestos para ser enorme. En ese sentido, es su cinta más pequeña y modesta la que sigue coronando su filmografía. Por lo menos, como elementos positivos, pues destacar que se deja ver bastante bien, pese a varios bajones de ritmo, y que su pareja protagonista está sensacional. Por lo demás, se echa de menos hasta ese ya característico plano final que parecía que iba a convertirse en marca de la casa. Una lástima.

A favor: la prometedora idea de partida y la pareja protagonista
En contra: pierde el rumbo conforme avanza

Calificación **1/2
Se deja ver

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