jueves, 16 de noviembre de 2017

LA CRÍTICA. Liga de la Justicia

ATENCIÓN: La crítica contiene spoilers ocultos. Para verlos, arrastrar el ratón sobre el texto marcado en gris
La factoría huérfana
Los cómics han explotado siempre la figura del padre ausente para conformar la personalidad del superhéroe. Debe ser duro crecer sin un modelo paterno en el que apoyarse. “Liga de la Justicia” es, desde mucho antes de su estreno, una película sin un padre definido. Zack Snyder abandonó la producción con toda la película rodada, Joss Whedon fue contratado en su lugar para reescribir parte del libreto y rodar escenas nuevas, y Warner metió el tijeretazo final. Tres posibles padres, pero no todos ellos presentes en igual medida.

Se intuye algo de Snyder en algún que otro plano que remite directamente a los cómics, en alguna escena durante su primera media hora donde reina más la seriedad, la cámara lenta y el uso de colores fríos. Pero es sólo eso, una intuición, más una sensación que una certeza. Se nota mucho más la mano de Joss Whedon en la mayor parte del metraje. En el tratamiento tan vivo del color, en los chistes forzados, en la fotografía. Es el que impone su estilo con mayor fuerza, pero poco puede hacer para convertir el producto en algo propio, con la mano impositiva del estudio detrás.


Donde un superhéroe haría de una carencia la fuente de su poder, “Liga de la Justicia” consigue todo lo opuesto. Es un film sin alma, sin un objetivo fijo, que vaga a la deriva improvisando sobre la marcha el qué pasará a continuación. Y es anecdótico que base su discurso narrativo en el sentimiento de unidad, porque es precisamente eso lo que le falta. Sí, Flash mola mucho, Aquaman tiene estilo, Wonder Woman vuelve a comerse la pantalla, Cyborg es el que quizá tiene un mayor y bienvenido desarrollo dramático, y Batman sigue siendo la encarnación del Caballero Oscuro más fiel al cómic que hayamos podido ver en la gran pantalla. Pero todos ellos funcionan mejor por separado, sin una sensación de cohesión ni unidad. Como tampoco tiene cohesión la película. La trama es sencilla y ya la hemos visto antes con mayor acierto. El villano es una mala excusa para tener a alguien contra quien luchar, pero no se intuye en él una amenaza. El guión atesora una ingente cantidad de atajos argumentales y bochornosos –SPOILER El momento resurrección de Superman es de los más ridículos que un servidor ha visto en mucho tiempo FIN SPOILER- que la acercan incluso a la categoría de parodia, coronada por una banda sonora -ahí está Danny Elfman tirando de clásicos propios y ajenos sin sentido alguno- y unos efectos especiales –SPOILER Ay, ese Henry Cavill tan descaradamente digital FIN SPOILER- que parecen de chiste.


Este film rompe con toda la oscuridad y grandilocuencia que venía mostrando la factoría hasta la fecha. Diría que incluso argumentalmente es un coitus interruptus –SPOILER De nuevo, ese momento resurrección que contradice el desenlace de “Batman v Superman” FIN SPOILER-. En ese sentido, la misma cinta es un reflejo de que Warner no sabe qué hacer con su universo cinematográfico. Algo que ya asomaba en las versiones para cine de “Batman v Superman”, “Escuadrón Suicida” y el acto final de “Wonder Woman”, y que aquí es más evidente que nunca. Han perdido totalmente el rumbo, y lo han hecho con el producto en el que debían poner más empeño. Y pese a ello, no deja de ser una película entretenida. Pero eso no es suficiente para una película de DC. Le pedimos algo más que un episodio de la “Justice League of America” televisiva. Quizá demasiado a una compañía que ahora ya sabemos que está huérfana.

A favor: que al menos entretiene, y cada superhéroe por separado
En contra: guión, montaje, efectos,… es una película que demuestra que Warner no sabe lo que hacer con DC
Calificación **
Se deja ver

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