viernes, 8 de diciembre de 2017

LA CRÍTICA. Jim & Andy: The Great Beyond

Jim y su Mr. Hyde
Desde hace un tiempo, Jim Carrey no deja de encadenar escándalos, ocasionados por un comportamiento que podríamos denominar como perturbado. Intensas declaraciones de amor a cierta actriz famosa, testimonios sobre la falsedad que rodea al mundo del espectáculo, y al que vivimos día a día, alguna que otra carta de una ex novia suicida que le define como un monstruo…

Este documental podría darnos la explicación a semejante comportamiento, o bien distraernos del verdadero fondo del asunto. Según la película de Chris Smith, el Jim Carrey que conocíamos, el que triunfó en los años noventa a base de carcajadas y muecas imposibles, el que se metió a la crítica y al público de manera inmediata en el bolsillo con “El show de Truman”, murió hacia finales de esa década.

Así, ¿qué nos presenta “Jim & Andy: The Great Beyond”? En primera instancia, el proceso de transformación radical que sufrió el intérprete para dar vida al ídolo de su infancia, Andy Kaufman, en esa maravilla titulada “Mano on the Moon”. O al menos lo que él consideraba que habría hecho su referente. Porque Carrey jamás conoció a Kaufman, sólo se limitó a imitar la imagen que proyectaba el cómico en los escenarios, que era justo la opuesta a la que el verdadero Kaufman tenía, según sus amigos y familiares, en la intimidad. ¿Cómo lo hizo? Pues molestando a todo el equipo técnico y artístico, convirtiéndose en Andy las 24 horas del día, y lo que es peor, en Tony Cliffton, su despreciable alter ego. ¿El resultado? Tensión en el plató, un Milos Forman que no sabía cómo lidiar con el actor, y algún que otro compañero que llegó a las manos con Carrey, como el ex luchador Jerry Lawler.


Carrey llevó demasiado lejos su caracterización, a cambio de una doble meta de consecuencias opuestas y nefastas. La primera, dar una de las mejores interpretaciones de toda su carrera. La segunda, sacar a relucir el Mr. Hyde que llevaba dentro, ese ser hastiado de la fama y el reconocimiento que hoy en día proclama a los cuatro vientos que todos llevamos una máscara para agradar a los demás.

No le falta razón, pero también es cierto que fue demasiado lejos. Más allá de lo permisible, como reza el subtítulo de este trabajo, que bascula entre lo real y lo ficticio, entre lo absurdo y lo verosímil, que a veces puede resultar repetitivo en su exposición, pero que finalmente se torna fascinante por el carácter imprevisible de su protagonista. Fascinante y perturbador, por no saber hasta qué punto es real lo que vemos. Más allá de ser simplemente el retrato de un rodaje, de una caracterización, es la historia de aquel genial cómico, que perdió la sonrisa para siempre. Como si viviera en uno de los sketches del propio Kaufman. Uno que no tenía gracia, que llevaba al límite el humor y la paciencia del respetable. No sabemos dónde empieza esa mascarada que Carrey construyó, ese Hyde que fue creciendo dentro de él, y dónde acaba la cámara oculta. Ni lo sabremos. Ésa es parte de su pesada broma, si es que lo es.


A favor: la historia en sí misma, entre perturbadora y fascinante
En contra: la pesadez y repetición de su discurso en algunos momentos

Calificación ***1/2
Merece mucho la pena

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